Fuerte aumento de las licitaciones de obras públicas

Entre marzo y mayo hubo 150, contra un promedio anterior de 17 por mes

«Cambio de modelo económico sin crisis» es el encabezado de una serie de apuntes de campaña que datan de 2015 y que todavía conserva una integrante del equipo económico en una libreta negra que lleva a todas las reuniones. Ya en ese entonces, afirma, en el plan oficial figuraba la obra pública como motor de la economía en el segundo semestre de 2016. Y, aunque los tiempos de la recuperación de la actividad estarían resultando algo más lentos de lo pensado, al menos en lo que respecta a la obra pública, el Gobierno parecería estar haciendo los deberes.

Entre marzo y mayo, de acuerdo con un relevamiento nacional, provincial y municipal elaborado por la consultora C&T Asesores Económicos, se triplicaron las licitaciones de obras: se registraron más de 50 convocatorias mensuales para la realización de obras hidráulicas, civiles y de arquitectura de más de 15 millones de pesos (poco más de un millón de dólares), contra un promedio de 17 operaciones mensuales entre septiembre de 2015 y febrero de 2016.

«Se detecta un importante avance en la programación de obras relevantes, que darán impulso a la construcción, uno de los rubros de mayor contracción en el primer trimestre del año a partir justamente del freno de la obra pública, y que se vio además reflejado en una caída del empleo», dice Ricardo Castiglioni Cotter, socio de C&T Asesores Económicos.

«Una buena parte de las obras licitadas son viales, pero también hay bastantes obras de infraestructura, hídricas e, hidráulicas, como la canalización de arroyos para prevenir inundaciones. Hay muchas rutas, viviendas, obras ediliciaso den instituciones educativas», subraya.

Según el informe, al que accedió LA NACION, en los últimos meses no sólo trepó el número de licitaciones, sino que también se triplicaron los valores. Sólo entre marzo y mayo se licitaron obras por más de $ 17.000 millones de pesos. Más allá de algunas grandes obras específicas, el promedio de las obras licitadas en mayo ascendió a los $ 80 millones, 30 por ciento más que el promedio registrado en el semestre anterior.

Lleva un tiempo entre que una obra se licita hasta que finalmente se pone en marcha. En el medio se siguen varios pasos: se abren las ofertas, se selecciona la empresa ganadora, se adjudica el proyecto y se firman los contratos. Por lo que se supone que muchas de estas operaciones que se gestaron a comienzos de año podrían empezar a ejecutarse en los próximos meses, dándole algo de oxígeno a la economía.

«Calculando entre 30 y 45 días desde la adjudicación de la licitación, la firma de los contratos vinculantes y el inicio de la obra, y contando con fondos para su financiamiento, entonces el impacto de este lanzamiento masivo de obras podría comenzar a verse desde mediados de este mes, y en forma intensiva en los meses siguientes», dice el informe.

 

«Así, es probable que este mes comience a evidenciarse una mayor actividad en la construcción, traccionando la demanda de insumos y de empleo en el sector», agrega.

Ya en mayo, la industria mostró una incipiente mejoría: los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para la construcción que fabrican las empresas líderes mostraron un leve incremento, tras una caída de 25% acumulada desde noviembre pasado, según reveló el Índice Construya.

El sector, sin embargo, es uno de los que más sufrió en términos de empleo, con la destrucción neta de cerca de 50.000 puestos de trabajo en marzo pasado con respecto a igual mes del año anterior, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En gran medida, la crisis de la industria responde al parate registrado en la inversión pública. Durante En la primera parte del año, el gasto en obras por parte del Gobierno fue prácticamente nulo. Castiglioni Cotter, lo atribuye a varios motivos: «Hhasta que no se salió del default –dijo-dice- hubo que planchar la obra pública, porque no tenían financiamiento, y además estaban revisando todos los contratos que venían previamente; había muchas deudas con contratistas».

Pero en el presupuesto está contemplado que el gasto en inversión pública alcance este año el 3% del Producto Bruto Interno (PBI). En el equipo económico creen que, dadas las demoras en los tiempos, podría no llegar a ejecutarse todo, pero aspiran a gastar en la segunda mitad del año cerca del 2,6% del PBI en inversión pública.

Sólo en obras viales, dice Gustavo Gómez Repetto, vocero del Ministerio de Transoporte, tienen previsto ejecutar obras por $ 32.000 millones, entre obras nuevas y la reactivación de algunas que habían quedado inconclusas en la gestión anterior. «Retomamos obras que estaban paralizadas hace años, como la de la rRuta 8, que va a Pergamino; la 7, a Juníin,; y la 5, a Bragado, que para el 2019 serán autopistas. Estamos relicitando muchas otras. La gran licitación que hicimos es una que le sacamos a Lázaro Báaez, la ruta 3, donde detectamos un sobreprecio del 50 por ciento%», detalla Gómez Repetto.

 

 

Fuente: La Nación

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