Cómo es el proyecto del Ecoparque

El predio de 16 hectáreas de Palermo en donde funcionaba el zoológico se renovará; construirán recintos más modernos para los animales y se resignificará a los edificios patrimoniales.

El proyecto de transformación del Ecoparque abre la oportunidad de redescubrir tesoros arquitectónicos de la ciudad. Dentro del predio de dieciocho hectáreas en el que hasta hace poco funcionaba el zoológico conviven edificios, puentes históricos y esculturas de gran valor. El desafío de renovar este espacio en sintonía con la conservación y el respeto por la biodiversidad incluye la construcción de recintos más modernos para los animales que permanezcan en el parque, y la resignificación de estas construcciones que forman parte del patrimonio histórico de Buenos Aires.

Gonzalo Pascual, subsecretario del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología a cargo del proyecto de transformación del Ecoparque comparte algunos detalles de un trabajo de largo alcance que prioriza el bienestar animal, la sustentabilidad y el respeto por el medio ambiente.»Hoy se está dando un cambio de paradigma en los zoológicos del mundo. Se pasó del típico zoológico victoriano, donde los animales estaban exhibidos tras las rejas, a un concepto educativo, con un mensaje distinto a la sociedad. En sintonía con esto, el nuevo proyecto del Ecoparque tiende a la conservación, sobre todo de las especies autóctonas, y a la defensa y protección de la biodiversidad», explica el funcionario. El plan incluye la puesta en valor y la refuncionalización de los edificios patrimoniales, verdaderas joyitas, de la arquitectura, que se encuentran en el parque desde sus comienzos.

De acuerdo al nuevo plan, el ex zoológico se dividirá en un área de libre acceso para el público, y otra área de tránsito controlado, en el centro del parque: el área del conservación. Allí, en un futuro se desarrollará un nuevo edificio, y ecorregiones, en las que se replicarán las distintas áreas de la República Argentina. En estos espacios, explica Pascual, habrá únicamente animales autóctonos, dando prioridad a especies bajo amenaza o en vías de extinción.

El parque se distribuirá en un área de investigación y educación sobre la Avenida Las Heras, otra de arte y cultura sobre avenida Sarmiento, y un espacio de recreación y consumo sustentable – asociada únicamente con cuestiones orgánicas, y temas vinculados con el Ecoparque, aclara Pascual- sobre avenida Libertador. La reconversión se hará por etapas. La primera, hasta 2019, incluye transformar y mejorar los extremos del parque, sobre Avenida Las Heras, y sobre Avenida del Libertador. A partir del 2019 comenzará la segunda etapa en el centro del parque con la construcción y desarrollo de la ecorregiones.

 

Valor patrimonial

La arquitectura es uno de los grandes protagonistas en la historia de este emblemático espacio. Allí existen 42 edificios patrimoniales, 18 grupos escultóricos y 9 puentes históricos, según detalla Leontina Etchelecu – doctora en Historia, magister en gestión cultural y asesora en patrimonio del Ministerio de Modernización e Innovación y Tecnología del Gobierno de la Ciudad. Estos espacios -que fueron concebidos hace más de cien años para albergar uno o dos ejemplares y fueron rebasados en sus capacidades- serán sede de diversos usos acordes a los nuevos objetivos del parque. Etchelecu se remonta al pasado para relatar que en la búsqueda de emular los jardines románticos de las grandes metrópolis, el jardín zoológico, fundado a fines del siglo XIX, fue poblándose con recintos que imitan la arquitectura del lugar de origen de cada uno de los animales que se instalaron allí. Entre los destacados por la historiadora está la ex casa de los osos, sobre Libertador. Este imponente pabellón de escala monumental es el más antiguo del zoológico, data de 1897. Se trata de un edificio historicista inspirado en el estilo renacentista gótico, y fue construido para alojar osos polares, negros y del Tíbet. La lorera es otro de los grandes tesoros. Este edificio donado por el gobierno español en 1899 y terminado en 1901 es un típico exponente del arte mudéjar, con influencias de estilo hispánico-musulmán.

El trabajo de restauración y conservación implica desafíos constantes. La asesora en patrimonio señala que desde su fundación real, en 1888, han pasado 129 años en los que el espacio ha sufrido el deterioro propio de los años. A esto se suma que los edificios necesitan adecuarse hoy a nuevas circunstancias relacionadas con la tecnologización y los estándares de bienestar animal. Al contar con diversos grados de protección patrimonial, la readecuación de las fachadas debe hacerse de acuerdo a pliegos de especificaciones técnicas que siguen un estricto protocolo de normas internacionales.

Actualmente se está trabajando sobre las zonas que se van a abrir en la primera etapa, en las puntas, y analizando cuáles son los edificios que necesitan urgente intervención. Etchelecu explica que casi todos los edificios de estas zonas están sin animales, pero tienen un importante deterioro, por lo que se está trabajando para ponerlos en condiciones externa e internamente, de acuerdo a las patologías que presentan. La refuncionalización contempla en muchos casos su concesión a manos privadas para el desarrollo de espacios vinculados a la temática del Ecoparque, teniendo en cuenta las zonas establecidas, según explica el subsecretario Gonzalo Pascual. «En la parte de educación e investigación, por ejemplo, los primeros invitados van a ser los museos, o alguna universidad o institución que tenga que ver específicamente con la temática del parque, que es defender la biodiversidad y promover proyectos de conservación» finaliza.

Fuente: La Nación

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