Río Salado: La obra para recuperar más de 1 millón de hectáreas productivas

Es la obra más importante de su gestión y demandaría 6 años. Será clave para la ganadería.

Macri y Vidal recorrieron la las obras del Salado en San Miguel del Monte.

María Eugenia Vidal se propuso dejar como legado principal de su gestión las obras contra las inundaciones y en especial la del Río Salado, que es el desagote no sólo de decenas de municipios bonaerenses sino de cinco provincias.

«No son obras que se van a hacer de un día para el otro, pero ya empezamos. Va a llegar un día en el que ocho millones de personas dejen de inundarse. Esta vez sí va en serio», anunció Vidal el año pasado, cuando lanzó el plan de obras hidráulicas por 15 mil millones de pesos.

Ese plan incluye obras en los ríos Luján, Areco, Quinto y el arroyo Pergamino, pero la obra más trascendental, es el Plan Maestro Integral de la Cuenca del Salado, que beneficiará a más de 60 municipios y a casi un millón y medio de personas.

El Plan Maestro fue se creó en 1997 pero nunca fue puesto en marcha de manera sensible justamente porque si bien no es de alta complejidad, demandará años para rendir frutos, un repelente para cualquier político contemporáneo.

Pero como hizo Mauricio Macri con la obra del Arroyo Maldonado en la Ciudad, la gobernadora está al corriente que obras como esas no son palpables para el electorado en el corto plazo, pero son estructurales para la viabilidad de la provincia en el mediano y largo plazo.

La obra es fundamental no sólo para la provincia de Buenos Aires sino también para San Luis, Córdoba, La Pampa y Santa Fe, que padecen los trastornos de los desbordes del Río Salado.

La obra consta de cuatro etapas que se distribuyen en trabajos tanto del Gobierno nacional como el de la provincia.

La cuarta etapa, que consiste en el ensanche y profundización del cauce del río, fue supervisada por Macri y Vidal. Para esta etapa, Vidal consiguió lo que su antecesor Daniel Scioli había dejado a mitad de camino: un crédito de 300 millones de dólares del Banco Mundial que fue gestionado por su ministro de Infraestructura, Roberto Gigante.

En el gobierno bonaerense aseguran que las obras hidráulicas son el mayor desafío en materia de obra pública que puede tener la provincia, ya que del resto, como en el caso de las autopistas, se encarga la Nación.

 

El impacto

Se trata de un intento crucial del Gobierno para explotar la productividad de la provincia: en el Gobierno de Vidal aseguraron a LPO que se podrían recuperar al menos un millón de hectáreas para producir y pero no descartan recuperar hasta 3 millones.

Eso impactaría directamente en favor de las arcas del Ejecutivo con el cobro de impuestos y revitalizaría al sector agropecuario.

El ministro de Agroindustria de la provincia, Leonardo Sarquis, aseguró a LPO que se recuperarían no menos de 1,8 millones de hectáreas pero que no habrá que esperar tanto para notar los beneficios.

En ese sentido, puso como ejemplo a los primeros 27 kilómetros de obra correspondientes a la ampliación de la capacidad del río Salado que ya fueron licitados por el Gobierno, que en dos años y medio ya les brindarán soluciones a municipios como el de Roque Pérez. «A medida que la cuarta etapa empieza a avanzar, las localidades empiezan a recuperarse», señaló el ministro.

Jorge Solmi, de Federación Agraria, aseguró a LPO que la obra es clave para la ganadería y permitiría explotar 4 millones de cabezas de ganado. Solmi estimó que pese a los cálculos del gobierno, la obra demandará «no menos de diez años».

El interés del campo por esta obra es tal, que definen a la zona afectada históricamente «la cuenca deprimida del Salado», tanto por las aguas como por el estado de ánimo de los productores por la pérdida de ganancias que significan las inundaciones.

La obra es fundamental no sólo para la provincia de Buenos Aires sino también para San Luis, Córdoba, La Pampa y Santa Fe, que padecen los trastornos de los desbordes del Río Salado.

Según cálculos que brindaron a LPO desde la Federación Agraria bonaerense, la Provincia tiene un stock ganadero de 18.650.000 cabezas, de las cuales más de 12.000.000 se encuentran en los distritos afectados por las inundaciones.

Unas 4.300.000 cabezas deben recurrir alimentación de forrajes. Más de cien mil rollos de pasto seco serían necesarios diariamente para la mantención de estos animales, lo que representa 60 millones de pesos por día. Además, se necesitarían unos 110.000 camiones jaulas para movilizar esos animales.

Desde el Gobierno bonaerense admitieron que las zonas recuperadas son fundamentalmente de cría y que desde la provincia apuntan a mantener los modelos productivos de cada zona.

Fuente: La Politica on Line

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