El Gobierno prevé aumentar un 50% la inversión en infraestructura en 2018

Lo aseguró el ministro de Finanzas, Luis Caputo, que agregó que será con el aporte de privados

Con el aporte de fondos privados, el Gobierno prevé aumentar un 50% la inversión en infraestructura el año próximo hasta llevarla al 3,5% del producto bruto interno (PBI), un esfuerzo que reafirma la apuesta oficial por apalancar el crecimiento a través de la obra pública.

«Vamos a estar invirtiendo 50 por ciento más de lo que se invirtió este año», dijo el ministro de Finanzas, Luis Caputo, en una conferencia de prensa junto al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, tras la IX Reunión de Ministros de Finanzas de América y el Caribe en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que este año le tocó presidir al funcionario argentino.

El equipo de Finanzas trabaja en la creación de un fondo de infraestructura para canalizar fondeo privado a las obras en distintos tramos que puede llegar a sumar hasta US$ 1000 millones al presupuesto y el financiamiento de los organismos internacionales. Antes de viajar a Washington, Caputo y su equipo se reunieron en Nueva York con el CEO, Michael Corbat, para discutir la creación de este fondo.

El fondo de infraestructura se sumará a los fondos que ya aportan el BID, el Banco Mundial y la Corporación Andina de Fomento. El financiamiento privado, que estará destinado a obras en un puñado de provincias, permitirá reducir el costo del financiamiento de la obra pública, dijo Caputo.

«Va a tener un costo menor porque las provincias que tienen más dificultades para acceder al financiamiento en el mercado, si tuvieran que salir, deberían pagar entre 250 y 350 puntos básicos por encima del soberano a través de este fondo. Vamos a poder reducir el sobrecosto de las provincias. Eso va a implicar una mejora en el financiamiento de dos, dos puntos y medio», estimó el ministro.

Caputo relativizó las críticas en la Argentina al aumento del endeudamiento durante la conferencia de prensa, al insistir en que el nivel actual de deuda «no es un problema». En el equipo económico creen que la discusión sobre el endeudamiento es interna y tiene una connotación política. De hecho, remarcan que el déficit fiscal de 2018 iguala, en términos del producto, la inversión en obras públicas.

Antes de la conferencia de prensa, el jefe de Finanzas dijo en un discurso en el BID que los países de América latina deben saldar la deuda social y de inclusión con sus ciudadanos, aprovechar «más y mejor» el renovado crecimiento de la región y cubrir los déficits de infraestructura, educación y de escala del sistema financiero.

«Sin dudas, la deuda más importante de todas las que tenemos es la deuda social y de inclusión que tenemos con gran parte de nuestros ciudadanos», afirmó Caputo, al inaugurar la IX Reunión de ministros. Caputo agradeció el respaldo del BID, al que llamó uno de los «aliados estratégicos» de la Argentina. El gobierno de Mauricio Macri llevaba dos años reconstruyendo confianza, «una economía previsible» y creando condiciones para fomentar la inversión, señaló, y reafirmó las proyecciones de crecimiento oficiales: 3% para este año y 3,5% para 2018, más optimistas que las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

«Sólo con una competitividad en toda la región y en cada uno de los países podremos tener un crecimiento sostenido e inclusivo que nos permita crear empleos de calidad y reducir los niveles de pobreza», dijo Caputo. «No hemos logrado solucionar problemas estructurales para que el crecimiento sea inclusivo y sostenido», agregó.

Un rato antes del discurso de Caputo, y con elogios al gradualismo y a la lucha contra la inflación, el Banco Mundial pronosticó un crecimiento del 2,8% para este año y 3% en 2018. El Fondo había pronosticado que la Argentina crecerá 2,5% este año y el próximo.

Ante una pregunta sobre la labor del BCRA, que dirige Federico Sturzenegger, Carlos Vegh, del BM, dijo que la historia inflacionaria de América latina demostraba que era «sumamente importante» mantener la inflación en un dígito, y que si bien en el caso argentino eso implicaba una política monetaria «dura», era «adecuada».

Fuente: La Nación

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