Rosario ¿Por qué aún no se inauguró el nuevo Acuario?

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El proyecto para levantar un nuevo Acuario se anunció en noviembre de 2008, recién se comenzó a licitar en abril de 2011 y según los plazos originales debería haberse inaugurado en 2013. Pero al día de hoy los trabajos continúan, y estiman que, con suerte, terminarán antes fines de diciembre, aunque tampoco descartan que la inauguración ya se pase para enero de 2018. Eso sí, el 31 de mayo de 2015, en medio de la campaña electoral, se habilitó con muchos bombos y no menos platillos el parque ribereño público que lo rodea. Y en abril pasado, ya con total discreción y un silencio deliberado, abrió un restobar (bautizado como AquaBar) que ocupa un generoso espacio del edificio: todo el entrepiso, terraza pública incluida, con acceso independiente para uso fuera del horario en que funcione el complejo.

El Centro Científico, Tecnológico y Educativo «Acuario del Río Paraná», así reza su nombre oficial, se levanta en el parque Alem (Paseo Ribereño y Cordiviola). Comprende un predio de 2,5 hectáreas y el edificio tiene unos 3.500 metros cuadrados cubiertos. Se lo diseñó en tres niveles: una planta baja donde ya funciona el laboratorio y piletones en tierra, un entrepiso donde se instaló el bar y una planta alta donde se ubica la sala de exposiciones con enormes peceras (el acuario propiamente dicho) y un auditorio.

Fue en agosto de 2010 cuando el entonces gobierno provincial de Hermes Binner anunció que en octubre de ese año se licitaría en forma integral la construcción del nuevo Acuario. Se lo bautizó en su momento como el «Temaikén rosarino». Sin embargo, el tiempo empezó a correr y recién el 18 de abril de 2011 se informó que la obra se dividiría en tres etapas. Así, se llamó a licitación para la primera, que quedó en manos de la empresa Dinale SA con una oferta económica de $9.408.000 (terminó saliendo algo más de 13 millones por pagos de «trabajos adicionales»). Tres años después, el 6 de febrero de 2014, se convocó a la segunda etapa, que nuevamente fue adjudicada a la firma Dinale SA por un monto de $11.438.000 (luego la provincia concedió «readecuaciones» presupuestarias elevando el costo final). Y el 5 de septiembre de 2014, cuando la segunda etapa apenas había arrancado, se licitó la tercera. ¿Qué empresa tuvo la suerte de ganarla con un presupuesto de $79.982.000? Sí, otra vez Dinale SA, consiguiendo así un sorprendente hat-trick. Esta firma rosarina nació en 2001 y pertenece a la familia De Vincenzo, ex propietaria de la quebrada Devi Construcciones, que participó en la década menemista de la escandalosa privatización de Aerolíneas Argentinas. Dinale SA es una de las constructoras que más obras públicas realiza para la Municipalidad de Rosario, la provincia de Santa Fe y la UNR.

Además, hubo otras dos licitaciones para el Acuario. Se convocaron en 2015 y 2017 con el fin de adquirir equipamiento para el funcionamiento del laboratorio y de las peceras, y el desarrollo de dispositivos lúdicos interactivos para educación, por montos que ascendieron a $16.533.000 y $38.757.000, respectivamente.

El nuevo Acuario tuvo decenas de cronogramas de obras que nunca se cumplieron. Las fechas se fueron postergando y postergando. Hubo un reciente intento de inaugurarlo antes de las elecciones del 22 de octubre pasado, pero nuevamente no se pudo alcanzar ese objetivo.

Hoy por hoy los trabajos están centrados en terminar de instalar los filtros de las peceras. Luego comenzarán a llenarlas de agua para probar todo el sistema que controla las temperaturas. Y si todo marcha bien a mediados de diciembre próximo comenzarán a trasladar los 7.000 peces de 80 especies del río Paraná que estarán en la sala de muestra.

 

«El nuevo Acuario tuvo decenas de cronogramas de obras que nunca se cumplieron. Las fechas se fueron postergando y postergando»

Sea a fines de diciembre próximo o en enero, ahora sí todo indica que por fin se cortarán las cintas del nuevo Acuario de Rosario. Por lo pronto, el complejo ya tiene asignado para el 2018 un presupuesto de $ 30.791.000 (de acuerdo al proyecto que envió el Ejecutivo provincial a la Legislatura), el 17% del total proyectado para el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Santa Fe.

Entre las nueve enormes peceras que se exhibirán en el Acuario y que imitarán los distintos ecosistemas del río, arroyos, efluentes y lagunas, se van a destacar dos que tienen forma de tubos cilíndricos, de tres metros de diámetro y con fondo acrílico. Una de ellas será seguramente el gran imán popular del Acuario, ya que albergara a decenas de palometas, esos feroces carnívoros que son el terror de los bañistas del Paraná. Una imagen que todos los visitantes pescarán con las cámaras de sus celulares y se transformará en una nueva postal de la ciudad.

Cuando finalmente el nuevo Acuario abra sus puertas se convertirá seguramente en otra de las grandes atracciones de Rosario y todo esto será historia. Ya nadie se acordará de los plazos de obra varias veces reformulados y reestructuraciones presupuestarias que aumentaron significativamente el costo final del proyecto.

Fuente: La Capital (Santa Fe)

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