América Latina aún está lejos de atraer la inversión que necesita en infraestructura

Para desarrollar los sistemas de transporte, energía, telecomunicaciones y agua necesita destinar un 5% del PBI; este año estará en alrededor del 3%; la necesidad del país es similar.

Pasó el tiempo del viento de cola para América Latina, y cuando se mira para atrás la infraestructura no logró recuperar terreno. Y lo que parece ser peor, la inversión actual y la que se proyecta está por debajo de lo que necesita la región. Los datos disponibles muestran que, tras alcanzar un pico del 3% del producto bruto interno (PBI) en 2014, impulsada por varios grandes proyectos de inversión privada, los niveles de inversión en infraestructura en la región han ido declinando en 2015, cuando bajó al 2,75%: 1,50% pública y 1,25% privada. Para los años 2016 y 2017 -cuya información aún es una proyección- se mantiene esta tendencia de declinación (con excepciones en algunos países), tanto en su componente público como en el privado.

Un trabajo del banco de fomento regional CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) relevó los cuatro principales sectores: transporte, energía, telecomunicaciones y la llamada infraestructura para el agua. Más allá de las particularidades de cada uno, todos tienen necesidades de inversión. Según un indicador general de infraestructura que elabora el World Economic Forum (WEF), el promedio de economías avanzadas tiene un rango superior en el índice, mientras que la región se mantiene desde 2006 en el rango de 3. La Argentina está en el puesto 87 en materia de infraestructura entre los 140 países que releva el organismo. Solo para comparar, en ese rubro Chile se ubica 45; Brasil, 74; Uruguay, 52; México, 52; Perú, 89, y Colombia, 84.

Se debatirá en Buenos Aires sobre este tema. La CAF, organizadora del seminario, preparó un trabajo sobre el que se discutirá. «Respecto de las inversiones, es de esperar que los impactos de un contexto económico menos favorable no se reflejen en forma inmediata, sino que se produzcan corridos en el tiempo», dice el documento. Dicho de otra forma, habrá que esperar.

Ahora bien, ¿cuánto es necesario? «Las necesidades insatisfechas y el despliegue de redes y servicios necesarios para asegurar el desarrollo sostenible en la región demandan niveles de inversión en infraestructura que han sido estimados en el orden del 5% del PBI. La realidad ha demostrado la dificultad para alcanzar esa meta», estima la CAF. Las necesidades de la Argentina se ubican en ese promedio del 5%.

La caída de la inversión en la región tiene algunas explicaciones que van más allá de la coyuntura económica. Un tema no menor es la corrupción. «La restricción del espacio fiscal, que afecta tanto al nivel nacional como al subnacional, y los eventos de corrupción de alcance regional revelados en 2016 han sido factores que contribuyeron a esa contracción», concluye la CAF.

El seminario tendrá lugar después de que en la Argentina se abran los pliegos de oferta de seis corredores viales. Será el inicio del proceso de inversión en infraestructura mediante el sistema de participación público privada (PPP), la gran apuesta del Estado para los próximos años.

Los datos presupuestarios ya muestran la desaceleración de la inversión estatal. Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto, el año pasado la inversión real directa estatal llegó a $59.141 millones, además de 121.000 millones en el rubro transferencias de capital. Ambos rubros estuvieron por encima del año anterior en un 36,9 y un 10,1%, respectivamente.

Pero este año la cosa cambió. En el primer bimestre, la inversión real directa bajó un 19,1% y las transferencias de capital se redujeron un 8,8%, muy por debajo de la inversión. La apuesta ahora es el sistema PPP.

Durante 2015 y 2016, América Latina no creció. Hubo un ciclo de descenso en la actividad económica de la región, que se manifestó en la reducción del PBI regional en un 0,2 y un 0,8%, respectivamente. «A partir de 2017, la economía global mostró un mayor dinamismo, que en América Latina se reflejó en un moderado crecimiento del 1,1%», dice el documento.

El año pasado, la región vio cómo se recuperó el comercio mundial (2,4%) y los precios de algunas materias primas relevantes para la región como la energía (19%) y los minerales (16%). «La nueva etapa presenta mejores perspectivas de crecimiento económico, pero también fuertes incertidumbres, particularmente por tendencias proteccionistas que podrían comprometer el desarrollo del comercio internacional -clave para las economías latinoamericanas- y por el incremento de las tasas de interés, que pueden dificultar el financiamiento de su infraestructura», advierte la CAF.

Pero más allá de la coyuntura, grandes actores del mundo de la infraestructura han vuelto a poner su mirada en la región. Y en la Argentina en particular.

Fuente: La Nación

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