Puente Chaco – Corrientes Volver a empezar

«Volver a empezar / que aún no termina el juego…»

El estribillo de una de las canciones insignia de Alejandro Lerner queda a la medida de la larga historia que tiene el segundo puente Chaco – Corrientes, una obra que hace más de 20 años es reclamada por ambas provincias, aunque tal vez no con la vehemencia y perseverancia que una infraestructura de esa magnitud requiere.

Es que el nuevo viaducto sobre el río Paraná es invariablemente un volver a empezar para chaqueños y correntinos, porque todos los intentos de encaminar las gestiones y concretar la obra no hicieron más que fracasar en estas dos últimas décadas.

Aunque en el 2018, hay que decirlo claro, tal vez estuvimos más cerca que otros de iniciar el proceso hacia su construcción. Simplemente fue así porque los estudios de factibilidad y la traza (incluyendo circunvalaciones en las dos capitales) se hicieron y quedaron a disposición de la licitación anunciada primero para agosto y luego para fines de ese año, dentro del programa de Participación Público – Privada (PPP) diseñado por el gobierno nacional para viabilizar las grandes obras públicas sin afectar el grueso de recursos del Tesoro y con la apertura a grandes conglomerados inversores internacionales.

La clave de las PPP es el reparto del riesgo entre el contratante de la obra, que es el Estado nacional, y el privado que ejecuta los trabajos, el que además debe conseguir el grueso del financiamiento de entes internacionales dada la magnitud de las inversiones pretendidas, aunque también la búsqueda podría ser atendida por entidades nacionales. Si bien las obras viales fueron el eje en el lanzamiento, incluido ahí el segundo puente chaco-correntino y otro entre Santa Fe y Paraná (Entre Ríos), estaban previstos otros paquetes en diversas áreas del gobierno, como Energía y Transporte.

 

Desde los ‘90

De este segundo enlace Chaco – Corrientes sobre el Paraná se viene hablando (y reclamando, con distintas intensidades) desde principios de la década del ’90. Por aquella época, fue presentado en sociedad el proyecto “Segundo Puente Chaco – Corrientes y Complejo Multimodal de Cargas”, desarrollado por el Centro de Estudios de Transporte de la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Resistencia. Además del viaducto, el plan contemplaba la construcción de un puerto, con una visión de complejo multimodal de la nueva infraestructura para el manejo de cargas de una amplia región.

Hasta 1997 hubo gestiones a nivel de los gobiernos provinciales, con intermitencias. Ese año, los entonces gobernadores de Chaco, Ángel Rozas, y de Corrientes, Raúl Rolando Romero Feris, sellaron el Tratado de Integración entre ambas provincias para impulsar en conjunto la construcción en base al proyecto surgido de la universidad, sobre al cual continuaron las gestiones durante una década hasta obtener la aprobación para el financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el visto bueno del entonces presidente Néstor Kirchner. Sin embargo, todo quedó allí nomás, en los papeles e intenciones.

Antes de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, en el 2000, hubo una licitación pública a la que se presentaron la multinacional Techint y el Grupo Roggio. Pero finalmente el proyecto, el financiamiento y ese impulso quedaron presos de la crisis argentina.

Un poco más reciente en la línea de tiempo, en 2015, durante el último año de gestión de Cristina Fernández de Kirchner, Vialidad Nacional logró licitar la elaboración de nuevos estudios de factibilidad y del proyecto ejecutivo para el segundo puente. Desde entonces, las tres consultoras que ganaron como Unión Transitoria de Empresas (Ingeniería y Asistencia Técnica Argentina S.A. de Servicios Profesionales, Consulbaires Ingenieros Consultores S.A. y Consular S.A.), trabajaron para definir una traza (Puerto Vilelas-Riachuelo), y concluir con los estudios preliminares necesarios para la construcción. Los terminaron este año y toda esa documentación quedará disponible para un mejor momento del país, cuando la economía ofrezca a los inversores internacionales mayores certezas que ahora que el riesgo país no para de escalar, según explicaron desde el Plan Belgrano, área que junto con Vialidad Nacional coordina este tipo de obras de infraestructura.

En medio del siempre vigente reclamo, este año hubo también algunas dudas sobre la estructura del puente actual, que sobrepasa los 45 años de vida. Fue en agosto, cuando en Génova (Italia) se derrumbó un viaducto que algunos especialistas indicaron como muy parecido en el sistema constructivo al que une Chaco y Corrientes sobre el Paraná. Lo cierto es que esa estructura que soporta por día más de 24.000 vehículos, no tiene las defensas adecuadas de los pilotes, aunque una parte importante de la “biblioteca” especializada descarte cualquier desgracia.

 

Ni agosto ni fin de año

En abril del 2018, en el Centro de Convenciones Gala de esta capital, el presidente Mauricio Macri llegó para encabezar un encuentro histórico que tuvo como protagonistas a los cuatro gobernadores del NEA: Domingo Peppo por el Chaco, Gustavo Valdés por Corrientes, Gildo Insfrán por Formosa y Hugo Passalacqua por Misiones.

El arribo del primer mandatario por la tarde de ese día coronó toda una jornada de reuniones donde participaron casi todos los ministros del Gabinete nacional. El eje, siempre, fueron las obras que necesita esta parte del país para avanzar en un desarrollo sostenido y más igualitario con el resto del país. Y en ese esquema, el segundo puente volvió a ser tema central. Tanto que el propio presidente confirmó que la licitación estaba cerca y la previsión era lanzarla en agosto.

Unos meses después, en julio, Javier Iguacel en visita al Chaco y durante los últimos días como administrador general de Vialidad Nacional (luego sería nombrado ministro de Energía, hasta hace unos días que renunció), reconfirmaba la fecha dada por Macri y agregaba en el paquete del segundo puente otras obras a licitar también por PPP: la autovía entre Makallé y Sáenz Peña por la ruta 16, una autovía urbana sobre la ruta 11 entre Resistencia y Margarita Belén y una ruta segura hasta el empalme con la ruta 90, algunas obras viales en Corrientes y las defensas para el actual puente.

Hasta entonces, con cierta lentitud, la primera etapa de proyectos PPP para corredores viales del centro del país avanzaba en el proceso: hubo una licitación, hubo consorcios ganadores y contratos adjudicados. Pero cerca de fin de año, las condiciones macroeconómicas de inestabilidad y desconfianza de inversores en el país, dinamitaron los proyectos que finalmente, por decisión del propio presidente, fueron puestos en un stand by que no tiene fecha cierta de reanudación.

El proyecto de segundo puente preveía una inversión de 700 millones de dólares para un viaducto que no incluía la alternativa ferroviaria. Además, estaban contemplados 32 millones de dólares para la circunvalación a Resistencia y la variante en el lado correntino. La sensación que queda, otra vez, es la de la promesa electoral (porque Macri también hizo campaña aquí con esta obra) y de gobierno incumplidas. Es una historia que no logra cerrarse y que, para chaqueños y correntinos, está permanentemente volviendo a empezar.

 

Poco y nada en 2018

Dejando de lado el nuevo fracaso del segundo puente, si damos cuenta de los avances durante el 2018 de las grandes obras públicas en marcha en la provincia podremos ver que la crisis se hizo más evidente y el balance no fue positivo. Tal el repaso publicado hace pocos días en el anuario de NORTE, la autovía de la ruta nacional 16 entre Resistencia y Makallé fue la única obra importante inaugurada; mientras que fue completado el tendido troncal y de aproximación del Gasoducto del NEA, al que puede agregarse también la finalización de la primera etapa del puerto de Las Palmas y no mucho más.

Los 172 kilómetros de red troncal de gas que atraviesan Barranqueras, Colonia Benítez y Basail y Resistencia hasta el límite con Formosa, y los 615 kilómetros de ramales de aproximación que llegan al interior fueron finalizados el año pasado, incluyendo las instalaciones de reducción de presión en cada localidad. Así, en los últimos meses comenzó a avanzar la gestión del gobierno provincial junto a la distribuidora Gas NEA (concesionaria del servicio en esta parte del país) para el tendido de las conexiones domiciliarias en base a las prioridades trazadas, que serán los parques industriales de Puerto Tirol y de Sáenz Peña y la Ciudad Sanitaria en Resistencia.

En los últimos días del año, fue confirmado por el ministro de Infraestructura, Fabián Echezarreta que la distribuidora preadjudicó las obras de redes en esos tres puntos priorizados con una inversión estimada en 60 millones de pesos, de modo que las obras arrancarían en los primeros meses de 2019.

En cuanto al puerto de Las Palmas, fue terminada la primera etapa e iniciada la segunda, y fue confirmado el financiamiento por 10,85 millones de dólares para la construcción del acceso pavimentado de 14 kilómetros y obras complementarias dentro del predio portuario a través del Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata). Se espera que esos trabajos comiencen en 2019, junto con el primer tramo de la ruta provincial 13. Hay entusiasmo en el gobierno provincial y cifradas esperanzas en que ambas obras nuevas dinamizarán un poco el sector de la construcción, golpeado desde hace años por la caída en la actividad.

 

 

Segundo acueducto y plan director de cloacas

 

Una obra que sigue presa de contingencias climáticas o bien administrativas y económicas es el Segundo Acueducto del Interior. El año pasado padeció un nuevo aplazo y la nueva fecha estimada para su finalización es fines de 2019. El ducto de 512 kilómetros que llega hasta el sudoeste provincial presenta a la fecha un avance del 74%. Significa que, entre fines de 2015, cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri, y 2018 la obra avanzó sólo un 7%.

El Segundo Acueducto tiene nueva fecha para finalizar: diciembre de 2019. La obra tiene hoy varios frentes activos, pero debe aumentar el ritmo para cumplir el objetivo.

El Segundo Acueducto tiene hoy varios frentes totalmente activos con 260 obreros trabajando. Aunque la meta es llegar a ocupar 500 operarios cuando se alcance el tope del ritmo, como en los inicios de la obra.

Durante el 2018 hubo discrepancias administrativas por redeterminaciones de precios que debe autorizar el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), que derivaron en una reducción del ritmo de trabajo entre julio, agosto y septiembre. A eso se sumaron las lluvias y crecidas del río Paraná que impidieron avanzar en frentes como la toma de agua.

Como contraste, está a poco de comenzar a prestar servicios el sistema de tratamiento de líquidos cloacales para el Gran Resistencia (conocido como Plan Director de Cloacas para el Área Metropolitana). Se trata de una obra iniciada en 2014 con financiamiento del Banco Mundial.

Durante el año pasado comenzó un período de pruebas con líquido no cloacal en la planta ubicada en el sur de la ciudad, y restan hacer algunas conexiones a distintas zonas, por lo que desde la empresa Sameep estiman que entre febrero y marzo de 2019 podría estar prestando servicios.

Fuente: Diario Norte (Chaco)

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