Panorama del sector de la construcción en Córdoba

La actual coyuntura política y económica que atraviesa el país genera incertidumbre en todas las actividades. La construcción continúa en marcha, pero mucho más pausada.

La realidad en Argentina refleja que las inversiones en general se han retraído: los factores que explican el fenómeno son muchos, y cada uno con su particularidad.

En la trastienda del sector de la construcción hay dos ítems principales que componen los costos: la mano de obra y los materiales. Considerando el período que va desde enero de 2018 a la fecha (poco más de un año), el costo de la construcción se incrementó un 4,5 por ciento promedio mensual, mientras que entre enero y abril del 2019 subió más del 3 por ciento, según el Instituto de Estadísticas y Censos de la Provincia.

Así, las obras en ejecución redujeron su ritmo de manera vertiginosa y los proyectos que estaban en condiciones no comenzaron a ejecutarse. Este es el panorama general de la situación que atraviesa el sector de la construcción, lo que sin dudas despertará la creatividad de nuevos modelos de negociación para superarlo y/o adaptarse.

 

Comparaciones ¿odiosas o necesarias?

El escenario actual comenzó a gestarse aproximadamente en enero de 2018, cuando la moneda extranjera empezó a inquietarse en forma constante.

Desde entonces y hasta el último análisis estadístico realizado en abril de 2019, inclusive la mano de obra formalizada por convenio de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) tuvo un incremento del 67 por ciento, mientras que los costos de los materiales aumentaron un 80 por ciento.

Por encima de esos ítems, el dólar se incrementó en ese período un 155 por ciento, según el Instituto de Estadísticas y Censos de la Provincia. Por otro lado, en lo que va del año los materiales subieron 10 por ciento y la mano de obra subió 11 por ciento.

“Esto expresa que la variación del costo de la construcción está en un 4,5 por ciento promedio mensual”, explica Norberto Petrelli, vocal de la Cámara Argentina de la Construcción y presidente de la Comisión de Arquitectura y Vivienda.

Estos datos ponen en perspectiva la realidad de la construcción y fundamentan la dificultad para proyectar una inversión en este escenario y trasladarla a un interesado, ya que no es posible garantizar los resultados de rentabilidad.

No obstante, en la historia del país la economía ha sido cíclica y estas variaciones ya se han dado en otros años. La turbulencia en costos y en los precios relativos es similar a la que se ha vivido en crisis anteriores, por lo que no sería correcto catalogar a la actual como la peor.

La perspectiva en el sector de la construcción no es positiva, considerando que no hay continuidad en las obras públicas planteadas a futuro.

 

Reacción de desarrollistas

El registro de proyectos nuevos ha decrecido: “es el primer indicador. Es decir, la cantidad de proyectos que tenían aspiraciones de concretarse disminuyó”, advierte Petrelli.

Por su parte, ante la falta de un mercado interesado y sin los recursos para comprar un departamento o una casa de contado (y un crédito por demás riesgoso, dada las tasas y la inflación), las obras de los proyectos que estaban en curso se ralentizaron. “Nueva Córdoba, que siempre ha sido un termómetro de la inversión en Córdoba, refleja un lento avance, porque los inversores necesitan ir recuperando fondos de la inversión y la venta está paralizada. Los niveles de operaciones de acuerdo a lo que manifiestan algunos agentes inmobiliarios han caído significativamente”, declara el vocal de la Cámara.

Desde el punto de vista de la demanda, por ejemplo, el valor de la renta de oficinas está muy retraída y la demanda no es alta. Por lo general, cuando hay una crisis, el metro cuadrado comercial o de oficina es lo primero que se resiente, porque decae la actividad y en consecuencia la demanda, en primer lugar. En cambio, la vivienda es lo último en caer.

 

Horizonte próximo

La Cámara Argentina de la Construcción, agrupa a empresas que desarrollan todo tipo de obra pública en su gran mayoría: gran parte de ellas son firmas cuyo principal cliente es el Estado, ya sea nacional, provincial o municipal.

Desde el punto de vista de la obra pública, el panorama es “crítico a futuro: no hay obras y venimos de un período de mucha actividad, con lo cual las empresas van a tener algún tipo de retracción cada una en función de sus posibilidades o deberán soportar el momento”, advierte Petrelli.

En el sector privado las obras de inversiones que están en ejecución vienen ralentizadas, mientras que existe una gran reticencia para que se inicien los proyectos.

En síntesis, este va a ser un año complicado, donde todas las actividades estarán directamente afectadas por la coyuntura política.

 

El triángulo de medición

El Instituto de Estadísticas y Censos del Colegio de Arquitectos de Córdoba coincide con la situación de coyuntura trazada; particularmente, con que la variación en los costos se profundizó entre febrero y abril. En general, el ritmo de los aumentos lo marcan tres materiales puntuales: hierro, cemento y hormigón elaborado, que son la base de la obra gruesa.

Todos los rubros se han incrementado paulatina y de manera constante desde 2018 a la fecha. Sin embargo, los materiales que están sujetos al dólar (como el aluminio) son los que corrieron la suerte de esa moneda.

Fuente: Clasificados La Voz

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