Los gobernadores piden obras, pero por ahora solo se llevan promesas

La negociación de la deuda demora las respuestas de la Nación; habilitan a los intendentes para que gestionen recursos

CÓRDOBA.- Aunque gobernadores e intendentes pasan por la Casa Rosada a plantear sus necesidades y, básicamente, a buscar recursos para sus distritos, la respuesta para casi todos es que mientras no se resuelva el tema de la deuda «no hay plata para nadie». Solo se atienden cuestiones puntuales, como el adelanto de coparticipación que hubo para el gobernador santafesino, Omar Perotti, para que completara el pago de sueldos y aguinaldos en enero, o para el mandatario de Chubut, Mariano Arcioni, acorralado por pagos de salarios y vencimientos de deuda.

Las decisiones sobre transferencias de capital para continuar la ejecución de obras públicas ya iniciadas están frenadas. No hay presupuesto para este año, se están redireccionando partidas y recién habrá novedades cuando se termine la negociación de la deuda, escuchan los gobernadores.

Los mandatarios coinciden en que con el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, abordan temas de agenda, pero no se llevan respuestas concretas, sino promesas. Entre quienes fueron reelegidos en 2019 son varios los que señalan que en los últimos meses de gestión de Mauricio Macri no se resolvían los pedidos «porque ya se iban» y ahora siguen a la espera porque «no hay plata».

En ese contexto, algunos gobernadores optaron por recomendarles a los intendentes de sus distritos que lleven personalmente sus reclamos hasta la Casa Rosada.

Cuando asumió, el presidente Alberto Fernández adelantó que el proyecto de presupuesto llegaría al Congreso en abril o mayo. El santiagueño Gerardo Zamora, que es un aliado de la Casa Rosada y que avanza en acuerdos con algunos intendentes radicales, habría sido el primero de los mandatarios en plantear directamente al Gobierno la necesidad de «arrancar» con el cumplimiento de algunos de los compromisos asumidos por funcionarios nacionales.

En el listado figuran hasta nombramientos demorados para distintas reparticiones nacionales. En el caso de recursos, en algunos distritos esperan hasta las reuniones para resolver montos adeudados. Por caso, Córdoba tiene pendiente la consolidación de las cuotas atrasadas para cubrir el déficit de la caja de jubilaciones no transferida y Santa Fe (que acordó tres cuotas para ese ítem) espera la discusión de fondo por la deuda histórica acumulada por los descuentos de coparticipación declarados inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia.

La semana pasada, este diario contó que un gobernador radical frenó a último momento una carta abierta al ministro de Economía, Martín Guzmán, en la que se quejaba porque no le respondía sus llamadas telefónicas. «¿Para qué quiere que le atienda el teléfono si no va a resolver nada?», dijo ayer a LA NACION, con ironía, un ministro de una provincia grande. «Hasta que no terminen la negociación de la deuda no habrá nada», se resignó el funcionario, haciendo suya la sentencia del Gobierno.

En la última reunión de ministros de Economía provinciales en el Consejo Federal de Impuestos (CFI), el jueves pasado, los temas hablados fueron técnicos. Tampoco se analizaron propuestas o pedidos de respuestas a la Nación, en la convicción de que, por el momento, no tendrán contraparte para discutir.

Como los gobernadores, a su vez, escuchan reclamos de los intendentes, muchos optaron por que vayan directamente con sus pedidos a la Nación, por lo que pasan por el escritorio de De Pedro y del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para destrabar partidas.

En ese contexto, hay gobernadores, como Zamora, y funcionarios, como el secretario de Obras Públicas, el cordobés Martín Gill -en este caso junto al senador Carlos Caserio-, que intentan armar un «albertismo» en la provincia mediterránea con intendentes.

Para calmar ansiedades, en la Casa Rosada les aseguran a los funcionarios provinciales que «hay avances en las negociaciones» por la deuda y que «se está dentro de los tiempos previstos». Para los gobernadores es clave que así sea, para que la administración «se ponga en marcha». Para los provincias con deudas en dólares, además, ese paraguas es crucial para empezar sus propios reperfilamientos, que deberán acordarse de manera individual.

Fuente: La Nación

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