El Gobierno reestructura Bellas Artes y Tecnópolis: dejan de ser autónomos y pasan a Cultura

Mediante el Decreto 346/2025, el Gobierno nacional oficializó una reestructuración significativa en el ámbito cultural. El Museo Nacional de Bellas Artes y el Parque Tecnópolis dejarán de funcionar como organismos desconcentrados y pasarán a ser unidades organizativas dentro de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. La medida se enmarca en un proceso más amplio de reorganización de la Administración Pública con el objetivo declarado de reducir el gasto estatal.

El Museo Nacional de Bellas Artes, fundado en 1895, es uno de los principales centros artísticos de América Latina y hasta ahora contaba con un grado importante de autonomía operativa. A partir de esta disposición, su administración se alineará al modelo de los otros 22 museos nacionales, bajo control directo de la Secretaría de Cultura. Aunque no se especifican cambios en sus competencias, la pérdida de autonomía administrativa podría impactar en su funcionamiento cotidiano y capacidad de gestión.

En el caso de Tecnópolis, el parque creado en 2011 como espacio federal de promoción de la ciencia, tecnología, cultura y arte, también quedará absorbido por Cultura como una dependencia sin gestión independiente ni presupuesto propio. Desde su fundación, cumplía un rol clave en la divulgación del conocimiento científico-tecnológico a escala nacional, especialmente a través de actividades educativas y eventos masivos.

El decreto también ordena la disolución de los institutos nacionales Browniano, Newberiano y Belgraniano, entidades con funciones históricas en la preservación del legado de figuras fundacionales del país. Sus responsabilidades serán absorbidas por una nueva dependencia llamada “Unidad Gabinete de Asesores – Asuntos Históricos”, aunque no se especifican aún detalles operativos ni presupuestarios.

Otras instituciones técnicas también fueron alcanzadas por la reestructuración. El Gobierno dispuso la eliminación del Observatorio Nacional de la Dinámica del Cambio Social, así como la transformación del CONICET y la CONAE, que dejarán de operar como organismos descentralizados. Las funciones que cumplían estas entidades serán redistribuidas, aunque sin mayores precisiones en el texto oficial.

Según argumentó el Ejecutivo, estas decisiones buscan evitar la duplicación de estructuras administrativas, mejorar la eficiencia del Estado y lograr una gestión más centralizada de los recursos. Sin embargo, sectores vinculados a la ciencia, el arte y la cultura advierten sobre los posibles impactos negativos en el desarrollo institucional, la planificación de políticas culturales y la preservación del patrimonio nacional.

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