Cómo es Usonia, el pueblo utópico creado por Frank Lloyd Wright, el «mejor arquitecto estadounidense de la historia»

Frank Lloyd Wright, considerado por muchos como el arquitecto más influyente de la historia de Estados Unidos, soñó con una ciudad del futuro llamada Broadacre City: un modelo democrático donde cada persona sería dueña de su vivienda, su tierra y su espacio de trabajo. Concebida como una alternativa a la ciudad industrial, esta visión buscaba integrar arte, comunidad, transporte público y servicios compartidos en un entorno donde la arquitectura dialogara armónicamente con el paisaje.
Aunque Broadacre City nunca se construyó a gran escala, un grupo de jóvenes parejas neoyorquinas logró llevar parte de esa utopía a la práctica en los años 40. Así nació Usonia, una comunidad planificada en Pleasantville, estado de Nueva York. Allí, Wright diseñó un conjunto de viviendas unifamiliares que plasmaron sus principios: uso extensivo de materiales naturales, patrones geométricos inusuales, techos bajos, grandes ventanales para maximizar la luz natural y, sobre todo, una disposición pensada para integrarse al terreno y respetar la topografía original.
Desde el punto de vista constructivo, las casas de Usonia siguen el modelo de las llamadas Usonian houses: estructuras modulares, económicas, sin sótanos ni áticos, con calefacción por losa radiante y muebles diseñados a medida. El objetivo era ofrecer viviendas accesibles para la clase media, eliminando elementos superfluos y priorizando la funcionalidad, la belleza y la conexión con la naturaleza. Las calles del barrio fueron diseñadas con curvas suaves, evitando líneas rectas para adaptarse al paisaje, y los terrenos fueron distribuidos en cooperativa, un concepto adelantado a su tiempo.
Además del diseño individual de las viviendas, Wright planteó en Usonia un concepto colectivo: los residentes compartían decisiones sobre el mantenimiento del barrio, los espacios comunes y las futuras construcciones. Este enfoque comunitario hizo de Usonia no solo un experimento arquitectónico, sino también un ensayo social.
Hoy Usonia sigue en pie como un ejemplo vivo de cómo la arquitectura puede ser vehículo de ideales sociales y medioambientales. La casa de Roland Reisley, uno de los residentes originales, es una de las más emblemáticas y representa fielmente la búsqueda de Wright: hacer de cada casa no un objeto aislado, sino parte de un ecosistema armónico entre las personas, la tierra y la comunidad.
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