Cómo hacer un presupuesto de construcción para una reforma en casa: claves para evitar sorpresas

Encarar una reforma en el hogar es una decisión tan emocionante como desafiante. Ya sea una renovación de cocina, baño, dormitorio o una reforma integral, contar con un presupuesto bien planificado desde el inicio es clave para evitar sobrecostos, demoras y frustraciones.

El primer paso, según especialistas del Estudio Leone Loray, es definir con claridad el objetivo de la reforma: ¿mejora funcional, renovación estética o necesidad estructural? Este enfoque inicial determina la escala del proyecto, las decisiones de diseño y los materiales que se utilizarán. En esa etapa temprana se logra el mayor ahorro, ya que muchas soluciones creativas y eficientes surgen en el proceso de diseño antes de llegar a la obra.

Desde el punto de vista técnico, hay factores que impactan directamente en el presupuesto:

  • Tipo de espacio a intervenir: una cocina o un baño requieren mayor inversión por sus instalaciones (gas, agua, electricidad).

  • Antigüedad de la propiedad: si se detectan problemas estructurales, humedad o cañerías obsoletas, se deben sumar tareas adicionales.

  • Ubicación geográfica: los costos varían si se trata de una zona urbana, suburbana o un entorno más alejado como zonas costeras o rurales.

  • Condición previa del inmueble: en casas con más de 30 años, puede ser necesario rehacer instalaciones completas.

Para construir un presupuesto realista, se recomienda elaborar una planilla detallada de rubros:

  • Proyecto y dirección de obra

  • Demoliciones y remociones

  • Albañilería y estructura

  • Instalaciones sanitarias, eléctricas y de gas

  • Revestimientos, carpintería, pintura

  • Mano de obra y gastos generales

También es recomendable presupuestar por etapas, en caso de no poder abordar todo de una vez. Es fundamental que cada etapa tenga una lógica coherente, tanto en lo funcional como en la estética, para no tener que rehacer partes más adelante.

Otro punto clave es elegir proveedores confiables y materiales adecuados. No todo lo costoso es lo mejor, y no todo lo económico es de mala calidad. Existen materiales nobles y soluciones constructivas simples que permiten lograr grandes cambios sin gastos excesivos. La clave está en el criterio del diseño.

Por último, es fundamental evitar la improvisación. Una reforma mal planificada puede ser desgastante. Pero cuando se define un proyecto sólido, con tiempos, costos y objetivos bien establecidos, la reforma puede transformarse en una oportunidad para mejorar la calidad de vida y renovar el vínculo con el hogar.

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