El baño japonés: arquitectura refinada que inspira al mundo

El baño, considerado durante mucho tiempo un espacio menor en las viviendas occidentales, cobra una dimensión distinta en la cultura japonesa. Junichiro Tanizaki, destacado escritor del siglo XX, lo dejó plasmado en su célebre obra El elogio de la sombra (1933), donde reflexiona sobre cómo la arquitectura nipona alcanza su máxima expresión precisamente en la construcción de retretes. Este ensayo, vigente hasta hoy, invita a repensar la relación entre bienestar, arquitectura y naturaleza.

Mientras en Occidente los baños solían ser oscuros, estrechos y ocultos en rincones poco accesibles, Japón desarrolló un concepto que pone en valor la experiencia sensorial y espiritual. Tanizaki describe con detalle esos retretes tradicionales, ubicados en pabellones apartados, rodeados de jardines, musgo y verdor, donde el sonido del agua y el canto de los insectos forman parte de la experiencia arquitectónica. Estos espacios no solo cumplen una función práctica, sino que están concebidos para la contemplación y la paz interior.

Desde el punto de vista constructivo, los retretes japoneses destacan por sus materiales naturales, la integración con el entorno y una cuidada distribución: aberturas estrechas a ras del suelo para el desecho, paredes lisas que filtran la luz tenue y techos que permiten escuchar el goteo de la lluvia sobre piedras y linternas de piedra. El resultado es una arquitectura íntima que armoniza con las estaciones y con la tradición poética del país.

La reconstrucción de la casa de Tanizaki, realizada en el 50 aniversario de su muerte, es un ejemplo tangible de cómo Japón preserva esta herencia arquitectónica. Al mismo tiempo, su obra literaria ha servido como puente para que Occidente adopte un enfoque más holístico y de bienestar en el diseño de baños, incorporando elementos como la luz natural, los materiales cálidos y la conexión visual con la naturaleza.

Tanizaki también critica la visión occidental, que históricamente ha relegado el baño a un lugar tabú o vergonzante. Su mensaje, sin embargo, trasciende lo cultural: plantea un desafío arquitectónico. ¿Cómo transformar un espacio funcional en un refugio de calma y conexión? Hoy, diseñadores e interioristas buscan responder a esta pregunta mirando hacia Oriente y redescubriendo el valor de los detalles que durante siglos distinguieron al baño japonés.

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