Casa Y en Tunquén: arquitectura en equilibrio con el paisaje y la autosuficiencia energética

En la cima de una colina de Tunquén, a poco más de una hora de Santiago de Chile, se levanta la Casa Y, un proyecto conjunto de Benjamin Goñi Arquitectos y Estudio Sie7e. Con 400 m² de superficie, la vivienda fue concebida como una casa de playa con la posibilidad de convertirse en residencia permanente, integrándose plenamente al paisaje costero y respondiendo a condiciones ambientales exigentes como los fuertes vientos marinos.

La implantación en el punto más alto del terreno respondió a dos objetivos: aprovechar las vistas panorámicas en 360 grados y generar una organización espacial abierta, semejante a las villas mediterráneas que se relacionan de manera directa con su entorno. La planta adopta una forma en “Y”, donde dos brazos principales se proyectan hacia el mar y concentran los espacios públicos y privados —dormitorios, biblioteca, gimnasio y zona de parrilla—, mientras que un tercer brazo orientado hacia las colinas agrupa los servicios y el acceso. Entre ellos se conforma una terraza protegida, que actúa como núcleo de encuentro y resguardo del viento.

Un lucernario circular, ubicado en el centro geométrico de la casa, funciona como rótula de unión de los tres volúmenes y como entrada de luz natural permanente. Este recurso resuelve constructivamente los encuentros de cubierta y aporta un carácter distintivo al interior, donde los espacios se articulan en medias plantas que generan distintos niveles de relación con el paisaje.

En cuanto al sistema constructivo, la vivienda se apoya en una retícula de 1,2 metros, diseñada para optimizar el uso de la madera y reducir la cantidad de ejes estructurales. El exterior está revestido en madera termotratada oscura, elegida por su durabilidad en entornos marítimos y por minimizar costos de mantenimiento. En contraste, el interior se reviste en pino claro, logrando un ambiente cálido y luminoso.

La sostenibilidad es un eje fundamental del proyecto, dado que la zona no cuenta con redes de electricidad, agua potable ni alcantarillado. Para alcanzar autonomía, la casa incorpora paneles solares para la generación de energía y una planta propia de tratamiento de aguas residuales, lo que le permite funcionar de manera independiente y con bajo impacto ambiental.

La Casa Y sintetiza así un modelo de vivienda que combina diseño contemporáneo, eficiencia constructiva y respeto por el entorno natural. Con su implantación estratégica, materialidad robusta y sistemas de autosuficiencia, se consolida como un referente de arquitectura sustentable en la costa chilena.

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