Cómo transformar paredes y rincones en espacios con estilo propio
Uno de los recursos más efectivos es trabajar los rincones con propósito. Entre las propuestas más utilizadas se encuentran los estantes flotantes en “L” que generan una esquina-biblioteca, los bancos bajo ventana acompañados por cuadros o espejos, y las butacas con iluminación puntual que configuran un rincón de relax. También sobresale la tendencia de escritorios plegables a medida, ideales para oficinas compactas en pasillos o sectores residuales.
El juego con las paredes abre un abanico aún mayor de posibilidades. Pintar un muro de acento con un tono vibrante permite generar contraste y jerarquía, mientras que el uso de machimbre, paneles 3D o revestimientos de madera aporta calidez. El papel tapiz, los murales artísticos y las composiciones de cuadros y láminas en distintas alturas se imponen como soluciones prácticas y decorativas.
La integración de elementos naturales suma frescura y movimiento. Los jardines verticales, macetas colgantes o plantas XL junto a espejos grandes son alternativas que combinan vegetación con luminosidad. En paralelo, los tapices, textiles reciclados y paneles de corcho funcionan como soluciones económicas para cubrir imperfecciones o sumar textura.
La clave está en atreverse a experimentar: mezclar colores, materiales y objetos que reflejen la identidad de quienes habitan el espacio. Un rincón olvidado puede transformarse en el centro de la casa y una pared vacía, en la carta de presentación del estilo personal.
Con estas ideas simples y creativas, cualquier ambiente puede reinventarse sin necesidad de reformas estructurales. Se trata de pequeños gestos deco que logran un impacto inmediato en la calidez y funcionalidad del hogar.
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