La Justicia frena la demolición del Puente Ciudad de la Paz y protege un símbolo centenario de Colegiales y Palermo
El histórico Puente Ciudad de la Paz, que conecta los barrios de Colegiales y Palermo sobre las vías del Ferrocarril Mitre, no podrá ser demolido ni modificado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al menos por el momento. La decisión surge a partir de una medida cautelar dictada por el Juzgado Contencioso Administrativo N° 15, que ratifica su protección patrimonial preventiva y ordena suspender cualquier intervención estructural hasta que haya una resolución definitiva.
La medida representa un nuevo revés judicial para el Ejecutivo porteño y AUSA, que en agosto de este año habían anunciado su intención de reemplazar el puente centenario por una estructura nueva, tras dos años de obras de restauración. En abril, finalizadas las tareas, el GCBA declaró que el puente presentaba deficiencias estructurales y había superado su vida útil, motivo por el cual proponía su remoción.
Sin embargo, el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) había rechazado previamente el pedido de descatalogación del puente, lo que sumó peso a la presentación judicial del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC). Esta organización impulsó el amparo que resultó en la cautelar, y también solicitó que se envíe un proyecto de ley a la Legislatura para otorgarle protección patrimonial definitiva, algo que el juez resolvió postergar para su análisis junto con el fallo de fondo.
Mientras tanto, el fallo judicial establece que el GCBA y AUSA deberán garantizar tareas de mantenimiento y seguridad que aseguren la preservación y el uso del puente en condiciones adecuadas, sin intervenir en su estructura original.
El proyecto oficial preveía una nueva pasarela para tránsito liviano, que imitaría la estética del puente original pero con mejoras en accesibilidad y funcionalidad, y proponía reubicar la estructura centenaria en un entorno cercano. Sin embargo, las organizaciones patrimoniales y vecinos de la zona cuestionaron esta estrategia, subrayando el valor simbólico, histórico y arquitectónico del puente original, que data de 1918 y fue construido por la Compañía de Tramways Lacroze Bs. As. Ltda. para uso exclusivo tranviario.
Tras la desaparición del sistema de tranvías en 1963, el puente fue reconvertido por la entonces Municipalidad para tránsito vehicular liviano. Su estructura de vigas de hierro y basamento de ladrillos representa hoy un hito único del paisaje urbano porteño, uno de los pocos ejemplos de infraestructura ferroviaria temprana aún en pie.
Vecinos, colectivos patrimoniales y urbanistas advierten que su demolición sería una pérdida irreversible del acervo cultural de la ciudad, y sostienen que la obra original aún puede conservarse con intervenciones de refuerzo técnico, sin alterar su autenticidad histórica.
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