Reactivan la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay, clave para el 80% de las exportaciones

El Gobierno avanza en la reactivación del proceso de privatización de la Hidrovía Paraná-Paraguay y de la Vía Navegable Troncal (VNT) en los ríos Paraguay y Paraná, con la intención de convocar a licitación antes de fin de año y adjudicar la concesión en el primer semestre de 2026. El corredor fluvial concentra el movimiento del 80% de las exportaciones argentinas, estimadas en unos US$ 60.000 millones anuales.

Tras el fracaso del primer intento de licitación en febrero, se abrieron “mesas de diálogo interdisciplinarias” con cerealeras, provincias, operadores de terminales portuarias y trabajadores. El objetivo oficial es consensuar pliegos con mayor “solidez técnica” y previsibilidad, que permitan garantizar condiciones claras para el dragado y el balizamiento, y al mismo tiempo retirar al Estado de la gestión operativa directa de la VNT.

El esquema previsto es una concesión de servicio público con cobro de tarifas o peajes a cargo de una empresa privada por 30 años, sin la opción de prorrogar automáticamente por otros 30 años, como se contemplaba anteriormente. El contrato incluye el dragado para mantener calados comerciales y el balizamiento para asegurar la señalización y la seguridad de la navegación en el tramo troncal.

El negocio asociado a estas tareas se calcula en más de US$ 7.500 millones en tres décadas. Entre los interesados se mantienen las mismas firmas extranjeras que se acercaron al proceso anterior: las belgas Jan de Nul y Dredging International (DEME), y las neerlandesas Boskalis y Van Oord. La estatal china Shanghai Dredging Company (SDC) quedará excluida desde el inicio, por la decisión de no admitir compañías bajo control o participación estatal.

Los principales usuarios de la Hidrovía son las grandes empresas cerealeras multinacionales y del complejo agroindustrial y siderúrgico, entre ellas Cofco, Cargill, Louis Dreyfus Company (LDC), Bunge y la argentina Aceitera General Deheza (AGD). Para este conjunto de actores, la estabilidad en las condiciones de operación del corredor fluvial es crítica para reducir costos logísticos, asegurar previsibilidad en la salida de exportaciones y mantener la competitividad frente a otros puertos de la región, utilizados también por Brasil y Paraguay.