Itziar González: “Si las ciudades no estuviesen mercantilizadas, te irías a comprar el pan y estarías 10 minutos charlando con el panadero”

🌆 1. La ciudad como creación cooperativa

Itziar González reivindica la esencia original de la ciudad: un proyecto colectivo nacido de la necesidad de convivir y cooperar. La ciudad, dice, es “uno de los resultados más bellos de la cooperación humana”.
Sin embargo, la urbanización moderna —guiada por el mercado y el capital inmobiliario— ha pervertido esa idea. Donde antes había comunidad, hoy hay especulación y consumo.


💸 2. La mercantilización del casco antiguo

La arquitecta señala una paradoja urbana: los centros históricos, en teoría rehabilitados para conservar su alma, acaban transformados en escenarios turísticos.
Surgen pisos turísticos, hoteles boutique, cafés de diseño, y el barrio se convierte en un decorado.

“Es para hacer dinero, no para hacer barrio.”

El resultado: los residentes originales —comerciantes, modistas, fruteros— son expulsados por el aumento de precios y alquileres.
El espacio que era humano y cotidiano se convierte en producto económico.


🧍‍♀️ 3. El ciudadano desplazado

González denuncia la injusticia estructural: el turista disfruta del barrio sin sostenerlo, mientras el residente paga impuestos y sufre el deterioro.
La ciudad se vuelve una máquina de extraer rentas, donde la vida cotidiana pierde sentido.
El ciudadano deja de ser sujeto activo para transformarse en usuario o consumidor del espacio urbano.


🏚️ 4. La otra cara: la infravivienda

La mercantilización tiene su sombra: la precariedad habitacional.
A la par que se levantan alojamientos de lujo, proliferan viviendas informales o ilegales, refugio de quienes quedan fuera del sistema.
Se produce una convivencia absurda: lujo y miseria pared con pared, síntoma de una ciudad fracturada.


🌱 5. La resistencia vecinal

Aun así, hay resistencia silenciosa: vecinos que permanecen, que defienden sus vínculos, que se niegan a abandonar el territorio simbólico de sus vidas.
Comprar el pan, saludar al tendero, conversar con el panadero —actos simples— se convierten en gestos políticos y humanos contra la arquitectura del aislamiento.


🧭 Interpretación simbólica

Desde una lectura más filosófica (y que podrías aprovechar en tu línea místico-urbana):

  • La ciudad viva es un organismo donde el alma colectiva respira en cada interacción.

  • La mercantilización es su enfermedad: la petrificación del flujo vital.

  • La resistencia vecinal es la chispa espiritual que mantiene encendida la conciencia del lugar.

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