“La Valiente”, una vivienda que se impuso a la pronunciada pendiente de un lote de 900 m²

En el corazón de la Patagonia neuquina, con vistas privilegiadas al lago Lácar, el cerro Chapelco y la ciudad de San Martín de los Andes, el estudio 40Sur Arquitectura diseñó y construyó “La Valiente”, una vivienda que se impuso a la pronunciada pendiente de un lote de 900 m². El proyecto, de 164 m² en una sola planta, fue reconocido en 2024 por el portal especializado ArchDaily como una de las obras destacadas del año.
El mayor reto consistió en resolver la implantación de una casa de un solo nivel en un terreno con ocho metros de desnivel entre la parte alta y la baja. La solución llegó con una estructura de vigas y columnas de hormigón armado apoyadas en el terreno natural, complementadas por un muro de contención de gaviones —canastos de malla galvanizada rellenos con piedra— que permitió reducir la altura de las columnas de 5,5 a 3,4 metros. Este recurso, habitual en la zona y visible en obras como las de la Ruta de los 7 Lagos, aportó estabilidad y rapidez constructiva.
Otro desafío fue garantizar la entrada de luz natural en un lote orientado al sureste. Para ello, el estudio diseñó un techo quebrado con lucarna hacia el norte, lo que permitió el ingreso de sol directo durante varias horas del día. Esta apertura no solo mejoró la iluminación interior, sino que también enmarcó las vistas panorámicas al entorno cordillerano.
La materialidad de la obra combinó madera de pino multilaminado en estructuras y techos, madera de kiri para los interiores, lenga en detalles y deck exterior, y chapa acanalada negra para los revestimientos exteriores, elegida por su bajo mantenimiento. El sistema constructivo se basó en paneles SIP autoportantes, con núcleo de poliestireno, que aportaron alta eficiencia térmica y redujeron significativamente los tiempos de obra.
El resultado es una vivienda que, según sus propietarios, “ganó las vistas y la luz en un terreno difícil” y que, cada amanecer y atardecer, confirma que el esfuerzo valió la pena. El propio arquitecto, Federico Guelfi, reconoce que el proyecto supuso un gran aprendizaje, sobre todo en lo relativo a contenciones y nivelación del terreno, pero también una satisfacción personal y profesional por el reconocimiento alcanzado.
“La Valiente” no solo es un ejemplo de arquitectura adaptada a la topografía extrema, sino también una muestra de cómo la creatividad, la técnica y la sensibilidad hacia el entorno pueden transformar un desafío geográfico en una obra premiada a nivel internacional.
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