La Ciudad lanza la obra pública más ambiciosa en 25 años: avanza la nueva Línea F de subte
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha el proceso licitatorio para la construcción de la Línea F del subte, un proyecto largamente esperado que se perfila como la mayor obra de infraestructura urbana en las últimas dos décadas. Con un presupuesto estimado en 1.850 millones de dólares, la iniciativa forma parte de la “Agenda 2025: Buenos Aires primero” y promete transformar la conectividad norte-sur del sistema de transporte porteño.
La futura Línea F unirá los barrios de Barracas, Constitución, San Cristóbal, Monserrat, San Nicolás, Recoleta y Palermo, y tendrá una extensión aproximada de 9 kilómetros con 12 estaciones, además de un taller de mantenimiento, depósitos y edificios operativos. Uno de sus puntos neurálgicos será la conexión con el Ferrocarril Roca en la terminal Constitución, lo que la convierte en una pieza clave para descongestionar la Línea C y redistribuir la demanda en el resto de la red.
El proyecto fue diseñado para ejecutarse en dos etapas. La primera comprenderá seis estaciones: Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso y Tucumán. La selección de este tramo responde tanto a criterios técnicos como de impacto inmediato sobre la red actual.
La obra ya cuenta con el proyecto de arquitectura e ingeniería adjudicado, tras un proceso de licitación que seleccionó a la unión de las empresas UPU y Asociados, IATASA y ATEC, con experiencia comprobada en grandes obras de transporte urbano. IATASA, por ejemplo, participó en la ampliación de la Línea E y la extensión de la Línea D, mientras que ATEC fue parte del desarrollo del viaducto del ferrocarril San Martín y de la Línea H.
Los pliegos técnicos ya publicados en el Boletín Oficial contemplan el diseño completo de estaciones, túneles, talleres, subestaciones eléctricas, ventilaciones, pozos de bombeo y edificios auxiliares. También se incluyen aspectos clave como el sistema de señalización, comunicaciones y el material rodante que se utilizará en la operación de la línea.
Con esta obra, la Ciudad busca no solo ampliar la cobertura del subte tras 25 años sin nuevas líneas, sino también modernizar el transporte urbano e integrar de forma más eficiente los sistemas de trenes metropolitanos y colectivos. La Línea F podría redefinir la movilidad porteña y consolidar un nuevo eje estructural de circulación subterránea.
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