Nuevo gasoducto entre Neuquén y sur de Córdoba para exportar gas desde Vaca Muerta a Brasil
El desarrollo de Vaca Muerta enfrenta hoy un límite principal: la falta de capacidad de transporte para colocar gas en el mercado interno y en la región. Para destrabar ese cuello de botella y avanzar hacia exportaciones firmes a Brasil, la transportadora TGN impulsa un proyecto de gasoducto troncal que demandaría una inversión estimada que podría superar los u$s2.000 millones.
El plan más ambicioso prevé la construcción de un nuevo ducto que una Neuquén con el sur de Córdoba. Este caño se conectaría con el sistema existente en el nodo de La Carlota, donde se vincula con el gasoducto de Integración Federal hacia el norte del país. El objetivo es incrementar el flujo desde Vaca Muerta hacia el centro y, desde allí, viabilizar la salida exportadora, como alternativa a los gasoductos Perito Moreno y Centro Oeste, hoy saturados.
Según los análisis preliminares, para transportar del orden de 20 millones de metros cúbicos diarios (MMm³/día) la inversión rondaría los u$s2.000 millones. TGN también estudia variantes de menor escala, de 15 o 10 MMm³/día, que reducirían el capital necesario y darían mayor flexibilidad. El disparador del proyecto sería la demanda local, en particular la asociada a la generación termoeléctrica, lo que requiere ajustes regulatorios para que las centrales contraten capacidad firme de transporte a 15 años.
Mientras tanto, la infraestructura disponible se utiliza al máximo: casi todos los gasoductos de exportación están hoy operativos, con envíos a Chile (Metanex, Concepción, Santiago y norte chileno), a Brasil vía Bolivia y a Uruguay por el Gasoducto Cruz del Sur. Desde fines de octubre se retomaron exportaciones a Brasil superiores a 300.000 m³ diarios, volumen aún muy por debajo de una demanda potencial estimada en al menos 15 MMm³/día.
Para conectar en forma masiva con el mercado brasileño se evalúan tres trazas: a través de Bolivia, hacia el sur de Brasil cerrando un anillo entre Uruguayana y Porto Alegre, o mediante Paraguay, que además plantea demanda futura para generación térmica y fertilizantes. El uso de la red boliviana enfrenta hoy un obstáculo de tarifas, señalándose que el país vecino cobra u$s1,9 por millón de BTU por ductos con más de 25 años, frente a u$s0,40–0,50 en Argentina para distancias similares.
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