La concesión de la terminal de Retiro: un negocio millonario por el que compiten tres empresas y el actual administrador

Serán semanas claves para la principal estación de colectivos de la Argentina.

Serán semanas claves para la Terminal Retiro, la principal estación de colectivos de la Argentina. Los funcionarios del área trabajan para calificar a las cuatro ofertas que se presentaron para ver quiénes continúan o no el proceso de licitación que terminará por entregarla a un nuevo concesionario. Sin embargo, hay una sorpresa: con otro ropaje societario, el actual explotador de uno de los predios públicos más abandonados de la ciudad podría continuar con el manejo en la nueva etapa.

Néstor Otero, el empresario dueño de TEBA, la concesionaria actual de Retiro, se ha convertido en el eje de la polémica por estos días. Sucede que gran parte de los motivos por los cuales se inició esta etapa de renovación están basados en la falta de mantenimiento, de inversión y de limpieza de la terminal después de la gestión de quién ha sido imputado por la Justicia por los favores que alguna vez le hizo a Ricardo Jaime cuando este era su contralor. Así y todo, Otero está en carrera.

A la licitación se presentaron cuatro consorcios. Las empresas que presentaron sus ofertas que contienen el sobre técnico económico (con el proyecto de obra, servicios y antecedentes) fueron cuatro: Terminales Terrestres; Inda; y dos uniones transitorias de empresas conformadas por TH Services y Cusmel; y por Terminal Pacheco y Teximco.

Sin bien aún no se conoce qué pasará con la precalificación, ­­nadie se queda quieto respecto de la puja por quedarse con el millonario negocio. Una de las ofertas, Inda, no pasaría ­a la segunda etapa por un error formal en la presentación. Según consta en el acta de apertura, la inclusión del sobre económico dentro del que se abre en primer término la dejaría fuera de carrera. Un error casi infantil para este tipo de pujas que levantó sospechas respecto de la intencionalidad de esta propuesta. Avezados en licitaciones, no son pocos los consorcios que arriman alguna oferta con algún error manifiesto ante la eventualidad que haya un solo oferente. Todo parece indicar que las otras calificarían.

TH Service y Cusmel es un consorcio que está encabezado por un integrante de la familia Neuss, ex concesionarios de Thales Spectrum, y tiene como especialista en la operación de terminales de ómnibus a un grupo uruguayo, mientras que el de Texinco, a una empresa brasileña. Los empresarios del transporte, que siempre estuvieron atentos al destino de la principal estación del país, estaría detrás de uno de los consorcios. Pero la lupa de estos dos grupos está puesta en Terminales Terrestres, la sociedad relacionada con Otero.

Según pudo constatar La Nación, al menos existe una observación ya presentada en el Ministerio de Transporte al grupo de Otero. Los motivos son varios y se basan, en un inicio, en lo que los impugnantes creen que es una contradicción. Los considerandos de la licitación detallan el estado de deterioro de la terminal que está concesionada desde 2003 a TEBA. Y según varios documentos, una de las oferentes es aquella pero con otro ropaje.

Uno de los puntos que llamó la atención es que el consorcio llamado Terminales Terrestres (TTA) basó sus antecedentes en el manejo de este tipo de operaciones en tres experiencias anteriores: Nueva Estación Once, Terminal Villa Gesell y Terminal Satélite Sur, ubicada en la Avenida Dellepiane de la Ciudad.

Respecto de la primera, que pertenece a Otero, TTA tiene una participación en el capital accionario de 16%. Además, dice el impugnante, las operaciones de salones comerciales en un predio de una estación de trenes no es específicamente conocimiento en un lugar de salida y llegada de ómnibus. Sutilezas.

La terminal de ómnibus de Villa Gesell, que es de Otero también, nunca fue inaugurada y aún está alambrada a la espera de colectivos. Por ahora, el tráfico se mantiene en la vieja terminal. Allí TTA tiene el 49% de las acciones.

Las dudas sobre el nuevo ropaje societario del actual concesionario de Retiro no terminan ahí. También hay un compromiso de transferencia de conocimiento al consorcio TTA de la Terminal de Mar del Plata, propiedad de Otero y del holding de empresas que maneja Gabriel Romero, dueño de Hidrovía y de Ferrovías. Pero hay una relación que sería la que más peso tiene en la consideración de Otero. Cuentan que el presidente de Boca, Daniel Angelici, conocido del empresario de las estaciones, no está ajeno al proceso.

Quienes presentaron las impugnaciones, además, se encargaron de marcar otras inconsistencias. Por ejemplo, TTA declara que tuvo un empleado en enero de 2016, que incorporó uno en marzo, otro en abril y que a octubre, la plantilla era de cuatro trabajadores. Lo llamativo es que según los estados contables, el movimiento de la sociedad es millonario. En 2015, con un empleado tugo gastos por 27 millones de pesos y un patrimonio de 67 millones. Aquel eficiente empleado en soledad fue el encargado de mover toda la compañía. En 2016 las cosas fueron mejor. Contrató a otros tres y los números fueron para arriba. Los gastos pasaron a 50 millones y el patrimonio trepó a 114 millones.

El interés por la Terminal de Retiro se explica en el movimiento de ese rincón porteño. A diario, circulan unas 50.000 personas, de las cuales, según los cálculos de quienes se interesaron por el negocio, alrededor de 25.000 son pasajeros. Cada 24 horas, entre los ómnibus que ingresan con viajeros y los que parten desde allí, hay unos 1000 servicios diarios. Esa operación, que se llama toque de dársena, actualmente se paga 48 pesos más IVA, aunque el valor, seguramente, será otro con las nuevas ofertas. Mientras, el Gobierno, aún no decidió quién se quedará con el preciado negocio.

Fuente: La Nación

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