Alberto Fernández dice que el país “no puede seguir” con prácticas de corrupción en la obra pública

“Todos están manchados pero son los empresarios que están. Por eso, más controles y damos una vuelta de página”, afirman en Casa Rosada.

 

El desafío del Gobierno, alejar los fantasmas de la obra pública.

 

Los principales empresarios de la construcción, ligados a negocios con el Estado nacional, confesaron haber pagado coimas durante el gobierno kirchnerista. Eso quedó reflejado en el expediente de la causa denominada “los cuadernos de las coimas”, a través de la cual el juez Claudio Bonadio acusó a Néstor y Cristina Kirchner de ser los jefes de una asociación ilícita junto a funcionarios y empresarios.

Todo el proceso transcurrió durante buena parte de la gestión de Mauricio Macri, a quien ahora algunas empresas constructoras le reclaman haber dejado de pagar las distintas obras durante el último año, año y medio; y de haber, durante ese periodo, prácticamente paralizado los trabajos.

Ahora, Cristina Kirchner regresó al poder, pero como vicepresidenta de un gobierno que encabeza Alberto Fernández. Es obvio que buena parte de las miradas van a recaer en la gestión en el área de obra pública. El mandatario lo sabe.

“Nosotros observamos el tema muy especialmente. Argentina no puede permitirse seguir con esas prácticas”, dice Alberto Fernández​ en privado.

El Presidente evita pronunciarse acerca de las causas judiciales que involucran directamente a Cristina. Pero sí embiste contra la administración anterior. “El gobierno de Macri tuvo una matriz de corrupción singular. No robaban con la obra pública pero tampoco la hacían. Robaban en las empresas de servicios concesionadas. Las compraban a precios bajas, después mejoraban tarifas o condiciones desde el gobierno y así le potenciaban el valor y muchas veces las vendían. Eso lo observamos claramente”, dicen que suele argumentar el Jefe de Estado.

Ahora, ¿cómo despegarse de las acusaciones que apuntan a su vicepresidente? Alberto Fernández suele repetir, según dicen: “La orden a todos es la máxima transparencia. Todos me conocen. Soy obsesivo con eso. No robar es no hacer licitaciones truchas ni mezclar negocios privados con intereses públicos”.

Mas allá de las palabras, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, trabaja junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis​, y otros funcionarios en una suerte de plan de transparencia, que atravesará Vialidad, asuntos hídricos, obra pública y Aysa, entre otros.

También prevé un Control Ciudadano para que la gente pueda acceder a la información de la obra en su lugar, cuando se esté ejecutando. Abrir el juego para que también participen las pymes y no sólo grandes empresas. Y en materia de tecnología se creará una unidad de transparencia para concentrar toda la información sobre licitaciones, oferentes, ejecuciones de proyectos.

 

Una de las principales apuestas, tendientes a revertir la imagen de la obra pública, es la conformación de un observatorio federal de contrataciones de obras públicas, con la participación de las universidades, en una convocatoria que se hará en los próximos 30 días. Su función será, por muestreo, tomar un porcentaje de proyectos y relevar que se cumplan todos los procedimientos normativos y técnicos.

Otra de las iniciativas es que en el Estado también haya un área especifica que trate denuncias en la obra pública.

No obstante admiten que uno de los problemas estructurales reside en Vialidad. Varios de los intendentes peronistas, ex colegas del ministro Katopodis -cuando era jefe comunal de San Martín-, suelen señalar que en Vialidad nacional “ibas a cualquier oficina a hacer un trámite y había peaje”.

Por eso la urgencia en la Casa Rosada pasa por reducir esa estructura que -dicen- fue llevada en la gestión precedente de 49 a 134 gerencias, con sueldos de $200 mil.

Otro punto está vinculado con la integración de la Cámara de la Construcción, cuyos integrantes en su gran mayoría estuvieron involucrados en la causa de los cuadernos. La idea del gobierno es promover un recambio. Ya lo había deslizado el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, cuando mantenía contactos con distintos sectores empresarios en representación de Alberto.

En principio, el actual titular de la Cámara, Julio Crivelli, continuaría hasta marzo, cuando se celebren las elecciones que designan a un directorio, que a su vez elegirá al presidente. Por lo pronto habría una lista de unidad que se presentaría a fines de febrero o principios de marzo.

“Todos están manchados pero son los empresarios que están. Por eso, más controles y damos una vuelta de página”, afirman en Casa Rosada.

 

 

 

 

Fuente: Clarín

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Un comentario

  1. Al respecto, quiero comentar declaraciones recientes del Sr Ministro de Obras Públicas Katopodis, donde manfiesta que para dar transparencia a los precios de licitaciones ha procedido a firmar un convenio con la universidad Nacional para que se verifique la idoneidad de los mismos. Gran contradicción !!!… porque como es sabido (y existen funcionarios con causas judiciales por tales prácticas) la contratación directa de entidades universitaria o fundaciones ligadas a las mismas ajenas al quehacer productivo bajo el rotulo de «transparencia» se utilizada para justificar procedimientos de contrataciones a precios viles o el empleo de mecanismos de contratación ajenos a las legislaciones vigentes. Las organizaciones universitarias manipuladas para estos cometidos, absolutamente ajenos a sus objetivos de enseñanza, constituyen un bastión de corrupción muy alejado de la voluntad de buscar transparencia que se manifiesta.
    Atte

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