Chihuido más cerca de otro fracaso que de una reactivación extranjera

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La megaobra volvió a la agenda pública pero la situación económica del país no ayuda. El recálculo de costos y la falta de dólares congelan el impulso. La adjudicataria, que lidera el empresario Eduardo Eurnekian, busca sostener el contrato. Hay pedidos para que se vuelva a licitar.

Quili Malal es el pueblito, de unos 180 habitantes, que quedaría inundado si alguna vez se concreta la postergada represa Chihuido. Su escudo combina paisajes y referencias a la agricultura, la única actividad productiva del lugar. Pero también tiene una paradójica imagen: dos manos estrechadas forman una suerte de dique para un río que corre aguas abajo. Parece que la obra tiene más presencia en el imaginario de los vecinos que en la voluntad y capacidad de los gobiernos y empresarios.

Recientemente se conoció lo que sería un nuevo interés del gobierno nacional por reactivar el proyecto, pero las condiciones económicas del país lo hacen parecer muy lejano. Incluso fuentes consultadas consideran que debería rescindirse el contrato con el grupo Helport, liderado por el empresario de origen armenio Eduardo Eurnekian, y volver a licitar. Entienden que pese al reacomodamiento que intentó hacer el consorcio debe asumirse el proceso como fracasado.

La emblemática represa, con impacto en la mano de obra para el centro de la provincia, fue una bandera del gobierno neuquino antes de Vaca Muerta. Después, los flashes se concentraron en los no convencionales y dejaron de lado al proyecto multipropósito (además de hidroeléctrica servirá para regular los caudales del río Neuquén).

La desgracia del proyecto se acentuó durante la pasada gestión nacional. El Ejecutivo le asignó en los últimos presupuestos montos que pasaron de lo simbólico a lo insignificante: $500 millones en 2019 y $157 millones para 2020.

La obra fue adjudicada en 2014 a Helport, donde además de Eurnekian estaban la firma Panedile y la filial local de la española Iecsa, en conjunto debían conseguir el 85% del financiamiento mientras que el resto, poco más de 300 millones de dólares, serían aportados por Nación.

El monto total por aquel entonces fue de 2.200 millones de dólares. De allí que la asignación presupuestaria del gobierno nacional resultó irrisoria y que la actualización del cálculo podría traer varios dolores de cabeza.

 

Otra vez en agenda

La reaparición de Chihuido en la agenda pública surgió con la visita oficial del presidente Alberto Fernández a la canciller Angela Merkel, en Alemania. Tras ese encuentro se recordó el interés de la firma alemana Voith Hydro que en 2018 pasado visitó al país con avales de la agencia de financiación de exportaciones alemana Euler Hermes.

Voith Hydro desembarcó de la mano del empresario Eurnekian que, tras caerse los financiamientos ruso y chino, salió en búsqueda de un nuevo apuntalamiento. Sin embargo no son pocos los que creen que el tiempo para sostener la adjudicación finalizó.

Más allá del desplante del gobierno de Mauricio Macri a los alemanes, quién envió al por entonces vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, a transmitirle la imposibilidad afrontar la parte local del financiamiento, las cartas de la firma con sede en el sur de Alemania seguirían vigentes pero con guiños para seguir sin el contacto local que los acercó.

Pese a que la apertura al financiamiento europeo es una de las puertas que busca abrir el gobierno nacional, ante el bloqueo al crédito internacional que provoca la negociación con el FMI, la obra tiene un adjudicatario vigente.

Por ese motivo se analiza sí una finalización de la preadjudicación, que no habría llegado a formalizarse porque el consorcio empresario nunca logró el financiamiento, derivaría en un pleito judicial contra el Estado.

Por el momento desde Provincia siguen el tema de cerca, pero no fueron consultados por Nación para opinar sobre el futuro que debería tener el proyecto.

Entre las líneas abierta para una nueva licitación se debe despejar si será nuevamente Presidencia, como en 2014, quien convoque a la compulsa o si, por el contrario, podrían ser los gobiernos Nacional y Provincial en conjunto. Además hay un punto que es clave: el financiamiento. Unas de las trabas fue el 15% que debía aportar Nación y que siempre quedó subordinado a otras urgencias. La alternativa sería que el adjudicatario cargue con el total del financiamiento.

Fuente: Diario Rio Negro

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