El gobierno quiere bajar el gasoducto a Bahía Blanca y reemplazarlo por uno a Brasil

Energía elaboró un plan que señala las ventajas respecto al proyecto de Macri.

La secretaría de Energía elaboró un plan de obras energéticas en el que propone dar de baja el proyectado gasoducto Neuquén-Salliqueló-San Nicolás para reemplazarlo por otro hacia Brasil.

La idea ya había sido anticipada por el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, en su paso por el foro económico de Davos a fines de enero, donde contó con el visto bueno del ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes.

El esquema original había sido planificado por el gobierno de Macri y preveía un escenario de saldos exportables de gas para evacuar por el puerto de Bahía Blanca en forma de GNL.

En cambio, la alternativa de Lanziani contempla un primer tramo hacia San Jerónimo (Provincia de Santa Fe), un segundo a Uruguayana -en la frontera con Brasil- y un tercero a Porto Alegre, capital del Estado de Río Grande do Sul.

«Resulta ser una opción superadora de la incluida en la licitación de 2019. Propicia un mayor volumen de exportaciones a Chile, Brasil, y la sustitución de importaciones junto con el reemplazo de combustibles líquidos. Implica una mayor recaudación impositiva en general y un incremento en los ingresos para las provincias en concepto de regalías», sostiene el documento, al que tuvo acceso este medio.

Otras de las ventajas destacadas es compensar la declinación del gas de la Cuenca Norte, el suministro a nuevas localidades del noroeste de la Provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe y La Pampa sobre su traza y el abastecimiento al nuevo gasoducto GNEA.

Sin embargo, el propio documento contiene un análisis de YPF en base a un estudio de la consultora Gas Energy que subraya la inviabilidad de su construcción. «La opinión de Gas Energy es que la alternativa del gas argentino en Brasil es remota y poco probable», remarcan.

A su vez, advierten el riesgo de alta dependencia hacia un único comprador, que la competitividad en precio no está garantizada y que supone un escenario de fuertes incrementos de producción de gas local.

En concreto, el paper dice que el gas argentino llegaría a un precio de entre 5,65 dólares y 7,6 dólares el millón de BTU a Porto Alegre, cuando Ieasa-la ex Enarsa- acaba de importar gas licuado a 2,87 dólares, un precio exageradamente bajo por los efectos de la pandemia, pero que marca un verdadero desafío en términos de competitividad.

«La idea de una venta a Brasil implica un Vaca Muerta funcionando a pleno y creo que es una idea demodé, fuera de contexto. Vaca Muerta es un proyecto que debe ser re evaluado. Hoy por hoy es un sumidero de subsidios del Tesoro y ha demostrado que no puede funcionar con los precios del petróleo que rigieron en la pandemia», indicó a LPO el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña.

Desde el gobierno explicaron a este medio que se trata de un plan bajo análisis, pero que eso no significa que su aprobación esté decidida.

Fuente: La Politica on Line

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