La empresa que debe terminar la Doble Trocha está al borde de la quiebra

El grupo, que en Argentina opera bajo la subsidiaria Corsán-Corviam, se declaró en concurso de acreedores en España.

Siempre igual. La doble trocha, una obra que quedará en la historia chubutense por las múltiples dificultades que generó para poder financiarla y que sigue sin un destino cierto.

La casa central de una de las grandes constructoras que opera en la Argentina entró en la historia económica de España al declararse en concurso de acreedores. Se trata del grupo empresario que ganó la última licitación para concluir las obras de la doble trocha Trelew –Puerto Madryn sobre ruta 3 y que aún no inició sus trabajos.

El Grupo Isolux Corsán, que en el país opera bajo la subsidiaria Corsán-Corviam Construcción, se declaró en concurso de acreedores dejando un pasivo de 801 millones de euros y casi 4.000 trabajadores en la calle.

El proceso que puede derivar en quiebra, que sería la cuarta más grande de la historia española, podría afectar la operación de la empresa en la Argentina, donde tiene grandes obras de infraestructura con distintas dependencias del Estado en sus tres niveles por 250 millones de euros.

Ya tuvo la primera consecuencia: la compañía está suspendida por cinco meses del registro para poder participar de las licitaciones públicas del Estado nacional.

Corsán-Corviam Construcción en la Argentina, una de las seis empresas que conforman Isolux Corsán ya había tenido problemas en marzo último, cuando desde España decidieron el despido disciplinario de la cúpula directiva de la filial argentina. Una investigación interna habría detectado que los directivos habrían malversado fondos.

En mayo pasado también la filial argentina tuvo que sufrir la posibilidad de recortes. El grupo español presentó un plan al Consejo de Administración en busca de reducir negocios y darle viabilidad a las necesidades financieras.

Parte de ese recorte ya se había dado en 2016, cuando la empresa vendió en u$s 25 millones el parque eólico de Loma Blanca, en Chubut, a Sidelo y Sidsel. En enero último, Isolux se adjudicó proyectos de infraestructuras por 148 millones de euros.

El principal es uno de los tramos del Paseo del Bajo, la obra de infraestructura más importante de la Ciudad de Buenos Aires.

Bajo la marca Corsán-Corviam Construcción, la empresa se adjudicó el tramo A del viaducto por un monto de 94 millones de euros.

El segundo y tercer contrato en importancia ronda los 54 millones de euros se lo otorgó la Dirección Nacional de Vialidad, y es por trabajos en la ruta 3 en Chubut; y la pavimentación de la ruta provincial 12 en su tramo Saira-Marcos Juárez, en Córdoba.

Respecto de estos contratos, desde la DNV explicaron a  que “mientras cumplan con lo que tienen que cumplir en cuanto a la ejecución de las obras, no habría mucho para decir o hacer. Ya los multamos por $ 5 millones por diferentes atrasos en los plazos de ejecución. Pero ya pagaron y continuaron las obras”.

Otro gran contrato que tiene el Grupo, pero que lo realizó a través de la filial de Oil&Gas de Grupo Isolux Corsán, TECNA, es la “Llave en Mano” del diseño, ingeniería, fabricación, suministro, transporte, construcción, montaje, puesta en marcha y ensayos hasta la habilitación comercial, de todas las instalaciones, equipos y sistemas que conforman el Balance de Planta del Reactor CAREM 25. Este contrato con la CNEA supera los 105 millones de euros.

“Ellos (por la filial local) representan alrededor del 50% del volumen de negocio de la constructora. Lo que hoy hay que ver es si necesitan del flujo financiero de España para operar o no. Si no lo necesitan, no hay problema”, explicó un hombre fuerte del sector de la construcción.

 

Situación de crisis

La solicitud de concurso de acreedores afecta a siete empresas: Grupo Isolux Corsán, Corsán-Corviam Construcción, Isolux Ingeniería, GIC Concesiones, Isolux Corsán Servicios, Isolux Corsán Inmobiliaria e Isolux Energy Investments.

El Consejo de Administración en pleno renunció y lo sustituyeron tres administradores elegidos por los actuales accionistas y acreedores, los bancos Santander, Bankia y CaixaBank: David Pastor (presidente del Consejo) y David Vilella (vicepresidente), expertos en concursos de acreedores, y Enrique Medina (vocal), del despacho Fuster&Partners, experto en reestructuraciones empresariales. Su nombramiento ha sido aprobado por la junta de accionistas.

Isolux había declarado en preconcurso de acreedores el 31 de marzo, para dotarse de cuatro meses más para encontrar una solución para la deuda que ahoga a la constructora, cifrada en algo más de 1.600 millones de euros (1.270 de deuda financiera y 400 a proveedores).

Sin embargo, en ese período no apareció ningún inversor dispuesto a poner el dinero suficiente para reflotar la empresa y lograr refinanciar la deuda. Agotado el plazo, la empresa solicitó oficialmente el martes el concurso de acreedores, que se suma a otros grandes batacazos empresariales en España, uno de los más importantes en la historia española.

Isolux no pudo levantar el negocio pese a que en julio de 2016, acordó con sus acreedores un plan de reestructuración por más de 2.000 millones que fue homologado por un juez con el objetivo de hacerlo extensible a todos aquellos que no se adhirieron voluntariamente. Por esa reestructuración, un 95% de las acciones de la empresa quedaron en manos de bancos y bonistas, mientras que los antiguos accionistas de control quedaron reducidos al 5,43%.#

Fuente: Diario Jornada (Trelew)

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