Cartellone busca invertir en la central Río Turbio

El grupo empresario mendocino ya inició las negociaciones para terminar la usina de 240 mw.

Río Turbio está de moda porque la concesión del único yacimiento carbonífero del país puso al ex ministro De Vido al borde del desafuero y del juicio.

Pero en el mismo lugar está la central térmica homónima, que lleva un tiempo paralizada a raíz de que la ejecutora, la española Isolux Corsán, está en convocatoria y camino a la quiebra.

Eso abre la puerta al grupo Cartellone, que ya inició el proceso de due-dilligence (evaluación de activos y pasivos) para quedarse con esa obra, entre otras de las fallidas en el país, por las cuales deberá desembolsar no menos de $ 11.700 millones.

Desde la empresa mendocina admiten que están en pleno análisis para tomar la decisión definitiva, luego de algunos contactos con el comitente y la quiebra que lleva la Justicia de España para acceder a información financiera-contable.

Reconocen además que podría ayudarlos el respaldo oficial; desde la cartera de Aranguren saben de la intención de Cartellone y, con la obsesión de incrementar la generación de energía como bandera, sería una buena noticia poder reactivar Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en el lapso de 12 meses, según estiman.

Abierta la convocatoria, Isolux puso en venta sus operaciones en Argentina, junto a las de otros 40 países. En el caso de YCRT, había ganado el contrato para construir una central de generación eléctrica con tecnología avanzada de lecho fluido junto a Río Turbio, el único yacimiento carbonífero argentino.

Avanzar en definiciones fue uno de los temas de una reunión de directorio de Cartellone. Pablo Fekete- gerente comercial junto a Pablo Pérez Burgo, ambos en Buenos Aires- en videoconferencia de directorio ¿analizando la probable compra?

«Isolux tiene muchas obras importantes en Argentina que estamos mirando, entre ellas Río Turbio. Tenemos que analizar grado de avance, deudas e inversión por tomar y, tratándose de proyectos ya iniciados, la evaluación es más compleja.

Entendemos que hay interés del Gobierno por reactivar las obras energéticas ante la necesidad de incrementar la generación, lo cual puede ayudar, tanto como ser una empresa saneada y confiable en el mercado», resumió el gerente general de JCCC, Pablo Pérez Burgo.

 

Los proyectos en la mira

Con un presupuesto de U$S 650 millones, la central térmica de Río Turbio se ejecuta bajo la modalidad «llave en mano» (debe entregarse en funcionamiento) y tendrá una capacidad de 240 MW.

O sea, el equivalente a un dique Potrerillos y medio, un emprendimiento desarrollado y operado desde 2000 por Cemppsa (la sociedad controlada por Cartellone con un 30% de participación de Impsa) que en junio último pasó a manos del fondo inversor BAF.

Desde Cartellone saben que a YCRT le resta un 20% para terminar, a partir de una inversión de U$S 220 millones. Pero hay más activos de Isolux que la constructora mendocina tiene bajo la lupa.

En la lista aparecen obras viales como Paseo del Bajo, un proyecto emblemático del Gobierno porteño, con un avance del 30%. Se trata de la «nave insignia» de las obras públicas de la Ciudad de Buenos Aires, de 7,1 km de extensión y U$S 650 millones, anunciada por el propio presidente Macri en 2016 como nueva vía de acceso a Puerto Madero y conexión con la autopista a La Plata.

También negocia por el contrato firmado con el gobierno de CABA por $ 100 millones para la electrificación de al menos 3 ramales de subtes que tienen desarrollos dispares (del 20% al 80%).

Según Pérez Burgo, todo está enmarcado en un proceso de negociación que puede llevar tiempo y requerirá financiamiento bancario que la firma tiene en carpeta.

«Nos vamos a tomar el tiempo necesario, pero que una empresa de más de cien años que termina todo lo que empieza se haga cargo de proyectos como Río Turbio les conviene a todos», advierte el ejecutivo, aun a sabiendas del apuro del comitente por levantar campamento e irse de Argentina.

Sin embargo, aunque es la primera en salir a confirmar su interés, Cartellone no es la única y compite con otras compañías que al menos ayer no fueron identificadas por un acuerdo de confidencialidad. Pero desde la compañía local confían en que, por haber arrancado antes, llegarán con ventaja al sprint final.

Previamente, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, había reconocido la expectativa de que la parálisis de Río Turbio se resuelva. “Nosotros consideramos que es cuestión de semanas y esperamos que una vez resuelto se puedan reanudar las tareas», declaró.

Además adelantó su intención de que «en 12 meses pueda estar en funcionamiento al menos uno de los dos módulos, produciendo energía».

Fuente: Nuevo Dia

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