Nadie quiere manejar la Cámara de la Construcción

Se habla de renovación y de una nueva conducción joven. Pero es un ideal que está lejos, a años luz. La cruda realidad indica que «nadie, ni loco, quiere agarrar el sillón», como le dijo a Infobae, en estricto off the record, un importante constructor argentino.

En noviembre de este año la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) renovará autoridades y hasta entonces hay más dudas que certezas. No es para menos: dos de sus presidentes de los últimos años –Carlos Wagner y Juan Chediak– son imputados «arrepentidos» en la causa de los cuadernos que tramita el juez federal Claudio Bonadio.

Aldo Roggio, quién fue presidente en los ’90 y era vicepresidente cuarto en  este 2018, también fue aceptado como «arrepentido» en la causa. Los tres ex presidentes renunciaron a la entidad cuando estalló el escándalo. Muchos otros integrantes de la Cámara también están imputados y en la mira por presunto pago de coimas.

Si bien el proceso eleccionario de Camarco aún no comenzó y llevará un par de meses, en el sector creen que quien ocupará la presidencia será el histórico abogado y actual secretario de la cámara, Julio César Crivelli.

Este experto en PPP, es titular de Crivelli y Asociados –un estudio especializado en Contratos de Construcción y Concesión de Obras y Servicios Públicos– e integrante del Consejo Consultivo de COAS y profesor titular del Posgrado de la Procuración del Tesoro de la Nación y de la Universidad Austral, según sitio web personal. No sólo eso, además fue presidente de la Asociación Amigos del Museo de Bellas Artes, es autor de dos novelas (La Huida, con la que también se hizo un corto, e Inexorable) y fue declarado en 2017 Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad.

En el sector creen que quien ocupará la presidencia será el histórico abogado y actual secretario de la cámara, Julio César Crivelli

Crivelli, quien regresó hoy de viaje desde Rusia y declinó amablemente hacer declaraciones a este sitio, sería el primer presidente no constructor de la Cámara (su familia tuvo negocios vinculados con la ingeniería). En su entorno aseguran que hay que esperar el proceso eleccionario, pero que él  estaría dispuesto a «agarrar»: más allá del contexto muy adverso, cree que sería un buen corolario para su gestión de más de 20 años en el sector.

Cámara y camarita

Tres constructores históricos con los que habló Infobae, aseguran que la Cámara va a encarar un proceso de compliance y que tiene a su par de Brasil como hoja de ruta de cómo salir –o intentarlo, al menos– de los escándalos de corrupción.

Como hace el Gobierno, todos insisten en diferenciar a las empresas de los empresarios. «Es importante que los contratos puedan seguir porque sino nos quedamos sin industria. No es fácil hacer empresas de 100 años: los problemas de corrupción los tienen que resolverse en la Justicia. No podemos quedarnos sin contratos, sería inconveniente para el país», dice uno de ellos.

A pesar de las declaraciones judiciales autoincriminatorias que el ex presidente Wagner habría realizado ante Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, destacan que en la Cámara –en el edificio de Paseo Colón 823– nunca «pasó nada». Claro, el llamado «Club de la obra pública» del que Wagner habría sido uno de los organizadores durante los más de 1o años que estuvo frente a la entidad, se manejaba desde la «Camarita», como se menciona en la causa a la Cámara de Empresas Viales, en Venezuela al 700.

«Esta todo mal, estamos muy golpeados. Aunque la institución no se manchó directamente, hay empresa y directivos involucrados. Desde la Cámara no se manejó la corrupción, más allá de lo que ahora diga Wagner. Estamos manchados, somos los peores del grado», asegura otro constructor.

«A fin de octubre se tiene que presentar la lista. De ahí saldrá el nuevo consejo ejecutivo. La mesa ejecutiva se conforma a fin de noviembre y ahí se define el presidente. Julio (por Crivelli) es uno de los candidatos posibles, sin dudas», le dice el actual presidente de Camarco, Gustavo Weiss, a Infobae.

«Tenemos una crisis que no es de ahora, que no nació con los cuadernos. Es de varios años atrás. Es una crisis dirigencial importante con muy pocos empresarios que prestan el hombro para conducir la Cámara», asegura el dirigente que termina ahora su segundo mandato (también fue presidente entre 2013 y 2014). Desde 2013, la Cámara no tiene mandato indefinido: los presidentes se eligen por un año y sólo tiene posibilidad de una reelección consecutiva.

Si bien es cierto que puede surgir algún candidato del interior –la Cámara tiene 1.800 integrantes de todo el país–, todos los caminos conducen al abogado Crivelli. Con todo, habrá que esperar. Es un consenso del sector que podría cambiar de un momento a otro. Otro consenso no se modifica: es el que define, de manera más directa y coloquial, como un «fierro caliente» a la presidencia de la Cámara Argentina de la Construcción. La cámara de los cuadernos.

Fuente: Infobae

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