Quiénes son los cinco «guardianes» de las coimas que Odebrecht pagó en la Argentina

Son los cinco fantásticos. O los sospechosos de siempre. O, para ser más precisos, los cinco «guardianes» de los secretos sobre las coimas por al menos US$35 millones que Odebrecht desembolsó por sus proyectos en la Argentina, según surge de siete fuentes argentinas y brasileñas y el análisis de 13.000 documentos del área de «Operaciones Estructuradas» a los que accedió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que integran LA NACION y Perfil.

Los cinco «custodios» de la información son brasileños y los cinco viven en Brasil o en otros países de América Latina, pero lejos de los tribunales federales de Comodoro Py, donde los cinco se encuentran ya bajo la mira como «imputados» y algunos afrontan pedidos de extradición.

¿Quiénes son? El ex número uno de Odebrecht Ingeniería Industrial en la Argentina, Flavio Bento e Faría, y sus equivalentes de Odebrecht Infraestructura -la otra rama del holding en el país-, Mauricio Couri Ribeiro, Rodney Rodrigues de Carvalho y Ricardo Vieira. Y a ellos se suma el jefe de varios de ellos, Marcio Faria da Silva, el único de los cinco que es «delator premiado» en Brasil. ¿Los otros cuatro? Pidieron ser «adherentes» a esa colaboración en su país, aunque aún no se homologaron sus peticiones.

¿Por qué son relevantes? Porque participaron en los sobornos que Odebrecht pagó a una larga lista de argentinos a través de su «División Sobornos». Algunos negociaron esas coimas, otros las autorizaron, participaron en las gestiones para pagarlas -ya fuera al contado o a través de transferencias offshore-, conocen quiénes se esconden detrás de los apodos o, incluso, se encargaron ellos mismos de los pagos.

Por supuesto, los cinco «guardianes» no son los únicos que saben sobre las coimas que Odebrecht pagó por sus proyectos en la Argentina en beneficio propio y de sus empresas consorcistas. Es decir, de Iecsa, Ghella y Comsa en el soterramiento del tren Sarmiento; y de Benito Roggio e Hijos, Cartellone Construcciones Civiles y Supercemento en la construcción de una planta potabilizadora de agua para Aysa en Paraná de las Palmas. A ellos se suman otros ejecutivos que se encontraban por encima -como Marcelo Odebrecht o su vicepresidente para América Latina, Luiz Mameri- o por debajo de ellos. Es decir, los responsables directos de cada obra. Pero los cinco ocuparon puestos clave.

 

¿Qué se sabe de cada «custodio»?

Flavio Bento e Faria: fue el Director Superintendente (es decir, el número uno) de Odebrecht Ingeniería Industrial en el país y las planillas de la «División Sobornos» exponen que asumió un rol decisivo en la autorización y gestión de numerosas transacciones ilegales. También ocupó un puesto bisagra para conocer quiénes se ocultan detrás de cada apodo. Hoy es el único que continúa en la empresa (al menos de manera formal) con puesto de máxima relevancia en Brasil: integra el directorio central de la constructora. En la Argentina figura como «imputado» en las tres investigaciones: Aysa, soterramiento del Sarmiento -donde el fiscal Franco Picardi pidió su indagatoria- y la extensión de las redes troncales de gasoductos.

 

Flavio Bento e Faria Flavio Bento e Faria

Mauricio Couri Ribeiro: ex director superintendente de Odebrecht Infraestructura en la Argentina, participó de lleno en las negociaciones de los proyectos. La Policía Federal brasileña recuperó mails suyos en que aludió al pago en 2007 de US$100.000 a Manuel Vázquez, testaferro del entonces secretario de Transporte, Ricardo Jaime , y a una reunión en 2010 con el lugarteniente de Angelo Calcaterra en Iecsa, Javier Sánchez Caballero, para discutir «DGI», el eufemismo que usaban para referirse a coimas, según confirmó Marcelo Odebrecht a la justicia de su país. En un correo, que tituló «Reunión Sarmiento», Couri Ribeiro anotó tres cifras por US$20 millones. Afronta un pedido de extradición en la causa Aysa y pidieron su indagatoria o su declaración en Brasil vía exhorto en la investigación por el Sarmiento.

 

Mauricio Couri Ribeiro Mauricio Couri Ribeiro

Rodney Rodrigues de Carvalho: sucesor de Couri Ribeiro al frente de Odebrecht Infraestructura en Argentina, Mameri declaró en Brasil que, tras la muerte de Néstor Kirchner , Rodney acordó los sobornos en los proyectos Aysa y Sarmiento con el lobista Jorge «Corcho» Rodríguez , quien niega cualquier rol delictivo. ¿Qué apodo tenía Rodney Rodrígues dentro de la «División Sobornos»? «Tatu», como consta en el email en el que pidió US$2,9 millones para coimear a laderos del entonces ministro Julio De Vido por orden de Iecsa. Ahora afronta un pedido de extradición en la causa Aysa y un pedido de indagatoria por el soterramiento del Sarmiento. Hoy trabajaría en Panamá para Odebrecht, pero de manera externa.

 

Rodney Rodrigues de Carvalho Rodney Rodrigues de Carvalho

Ricardo Vieira: reemplazante de Rodney Rodrigues como director superintendente de Odebrecht Infraestructura en la Argentina, Vieira fue delatado en Brasil como el encargado de pagar sobornos por al menos US$290.000 durante 2014 vinculados al proyecto para soterrar el Sarmiento. Al igual que su antecesor, afronta un pedido de extradición en la causa Aysa y un requerimiento de indagatoria en la causa Sarmiento, aunque podría declarar por exhorto ante la Justicia brasileña. Y un dato adicional: también se encuentra bajo sospecha por gestionar sobornos en su anterior paso por Ecuador .

 

Ricardo Vieira Ricardo Vieira

Marcio Faria da Silva: superior directo de los anteriores, es el único que ya figura como «colaborador» en Brasil. Confesó su rol en el pago de «propinas» por US$25 millones en el proyecto argentino para la extensión de redes troncales de gasoductos. Apuntó contra el entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner , el número dos de Julio de Vido, Roberto Baratta , el lobista «Corcho» Rodríguez y la empresa argentina BTU, entre otros. En la causa penal argentina figura como imputado, al igual que en la pesquisa por el soterramiento del Sarmiento.

 

Marcio Faria da Silva Marcio Faria da Silva

LA NACION y Perfil intentaron contactar a los cinco «guardianes», pero no fue posible. Desde Brasil, un vocero de Odebrecht planteó que «por la indisponibilidad de las personas y la necesidad de un alineamiento general», solo podía indicar que «la empresa, sus integrantes y exintegrantes están disponibles para colaborar en la medida que sean asegurados los derechos y garantías establecidos en los Acuerdos de Colaboración celebrados con Brasil, Estados Unidos y Suiza, que incluyen el mantenimiento del secreto de las informaciones hasta su reconocimiento».

Fuente: La Nación

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