En Esquina continúan con las obras en la costanera que se extenderá casi 300 metros

El presidente Alberto Fernández apuesta a multimillonarias inversiones en viviendas, rutas y trenes, entre otras áreas, para traccionar la economía superada la crisis por el coronavirus.

Tras haber acordado con los bonistas, el Gobierno nacional apura uno de los planes más ambiciosos: reflotar la obra pública. Es lo que Alberto Fernández imagina que traccionará la economía tras la pandemia.

El relanzamiento del plan Procrear fue la primera de las 60 medidas que el Presidente se apresta a anunciar en las próximas semanas. Muchas de estas medidas estarán vinculadas con la infraestructura en rutas y trenes en todo el país, obras que ya comenzaron lentamente pero que, en la medida en que se dé la reactivación, se incrementarán.

El corazón del plan consiste en invertir 435.000 millones de pesos de aquí a fin de año, crear 170.000 nuevos empleos y poner el foco en caminos y rutas y en mejorar la infraestructura ferroviaria.

El proyecto cuenta con algunas obras ambiciosas, como la finalización y puesta en marcha del famoso Corredor Bioceánico, para exportar productos argentinos desde el Océano Pacífico.

El plan oficial está articulado en varios niveles. Si bien habrá grandes obras, también se pondrá el acento en llegar a los municipios. Los datos oficiales dicen que hay 800 obras en marcha en comunas de todo el país. El objetivo es poder llegar con obras a los 2.300 municipios de toda la Argentina.

Si bien se desconoce cuándo se anunciará la totalidad de las 60 medidas con las cuales el albertismo pretende poner en marcha las turbinas del gobierno, sí se sabe que seguirán en las próximas semanas los anuncios como el ocurrido en los últimos días, cuando se comprometieron 22.000 millones de pesos en obras para cinco provincias.

Otro puntal de la estrategia oficial que comenzó a circular en los últimos días fue la nueva versión del «compre nacional», que ya generó roces con los sectores dedicados a la importación.

 

Asoma el empleo

Sin dudas, la pandemia, además de sus consecuencias sanitarias, golpeó duro al maltrecho índice de desempleo. Las medidas oficiales de mantener la doble indemnización en caso de despido y acordar las suspensiones con los sindicatos evitaron, en parte, que la situación fuera más dramática. El balance entre despidos y contrataciones sigue siendo negativo.

Sin embargo, en el Gobierno vieron con buenos ojos los resultados de encuestas que maneja el Ministerio de Trabajo con datos de junio, que indican que crecieron las contrataciones. La tasa de altas laborales se ubicó en junio en 0,7%, cuando había sido de 0,4% en abril y mayo. Un dato que viene del interior del país que comienza a salir de la pandemia, pero que aún no se registra en el Gran Buenos Aires, donde los números del coronavirus no alcanzan el tan esperado pico y, por el contrario, siguen creciendo.

El ánimo en el Gobierno, tras algunos días de euforia por el acuerdo con los bonistas, pasó ahora a una tensa espera. El veranito financiero duró dos días y ahora habrá que enfrentar la renegociación con el FMI, por un lado y, sobre todo, esperar que el coronavirus empiece a dar una tregua que permita a la economía de la región metropolitana volver a respirar.

Además, cuando la agenda sanitaria comience a disiparse, volverán -ya empezaron- las discusiones con sindicatos y empresas.

Fuente: Crónica

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