Evolución del ladrillo y la actualización normativa

 En el rubro de la construcción, la evolución ha sido sustancial, desde la base misma. Tanto a nivel internacional como en Argentina, son comprobables los avances tecnológicos en la industria de la fabricación de ladrillos y bloques cerámicos huecos que redunda en un beneficio real en las viviendas que dan hábitat a las nuevas familias.

Una de las características de las normas es que, con base metodológica, científica, medible y comprobable, sean aliadas en los tiempos de cambio, de forma tal que logren acompañar a los diferentes actores de la sociedad durante los procesos de transformación y crecimiento, a partir del genuino impulso dado por la investigación, la innovación y la mejora continua.

En el rubro de la construcción, la evolución ha sido sustancial, desde la base misma. Tanto a nivel internacional como en Argentina, son comprobables los avances tecnológicos en la industria de la fabricación de ladrillos y bloques cerámicos huecos que redunda en un beneficio real en las viviendas que dan hábitat a las nuevas familias.

Este cambio profundo, aportado desde la ciencia y la tecnología, ha impactado no solo en el diseño digitalizado, sino también en la producción automatizada y robotizada dando vida a una nueva generación de ladrillos huecos termoeficientes. Sin embargo, las prestaciones de estos nuevos productos no están aún reflejadas en las normas que deben proporcionar al usuario los datos necesarios para su aplicación. Tampoco se han actualizado los valores correspondientes a productos similares a los que se fabricaron históricamente pero que, en virtud de la aplicación de estas nuevas tecnologías, experimentaron sensibles mejoras. La realidad es que la Norma IRAM 11601 que actualmente está publicada contiene datos desactualizados que no se condicen con la realidad de los elementos constructivos que a diario se utilizan en el país.

Por esa razón desde la Cámara Industrial de Cerámica Roja (CICER) que nuclea a 15 empresas líderes del sector ceramista con plantas de producción en Argentina, se trabajó con el INTI para la realización de un estudio basado en numerosos ensayos, realizados en el exterior sobre ladrillos provenientes de diferentes plantas. Dicho estudio incluye, además, consultas y estudios comparativos con otros organismos técnicos del ámbito internacional de reconocida calidad y reputación.

Los resultados de este trabajo de investigación llevado a cabo por el INTI se plasmaron en un informe que proporciona valores actualizados de la conductividad térmica de la masa cerámica que conforma los ladrillos cerámicos huecos, relacionándola con la densidad de ésta.

Se debe considerar que, en su evolución, el ladrillo, elemento básico y fundamental en la construcción, ya genera envolventes que permiten ahorrar hasta el 40% en la tarifa de gas y electricidad de una vivienda, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado con claro beneficio medioambiental. Por esa razón, ha logrado un nuevo estándar de cumplimiento requerido por las legislaciones más exigentes en materia energética del país, como la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires y la Ordenanza N° 8757 de la municipalidad de Rosario entre otras.

En contraposición en la desactualizada Norma IRAM solamente se constan valores del coeficiente de conductividad para la mampostería de ladrillos comunes que, además de tener incluidas las juntas de mortero de asiento, está constituida por un mampuesto cuyo proceso de fabricación es totalmente diferente y da por resultado un producto cuyas únicas similitudes con los ladrillos cerámicos huecos son el nombre y la aplicación, y para baldosas y tejas que, por estar destinadas a sus aplicaciones específicas, también difieren en sus características y, por supuesto, en sus prestaciones ya que son productos totalmente diferentes.

La industria nacional ceramista, como motor fundamental para el desarrollo económico y de empleo, cuenta con un plan estratégico y sus asociados protagonizan un gran esfuerzo en inversiones para la aplicación de nuevas tecnologías que se traducen en una sustancial mejora en la calidad de los productos. Dichos avances permitieron desarrollar nuevos productos con mejores prestaciones, sobre todo en el aspecto del confort higrotérmico y la eficiencia energética, contribuyendo al ahorro de energía en las construcciones, con un impacto sensible en la reducción de costos y la mejora medioambiental, todo lo cual debería estar acompañado por la actualización de la normativa técnica en materia constructiva.

Fuente: Ámbito.com

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