Se pone en marcha la obra más importante del gobierno

Se pondrá en marcha el proyecto más importante del gobierno de Mauricio Macri. Se lo empezó a conocer como «Colector Margen Izquierda» y se trata de una megaobra de 40 kilómetros de túneles, más un emisor submarino de 12 kilómetros y una planta de tratamiento de agua de última generación, que permitirá darle cloacas a 5 millones de personas del área metropolitana.

Las autoridades trabajan para inaugurar la operación de la mega tuneladora en Dock Sud este viernes con la presencia del presidente Macri, pero todavía no está totalmente cerrada, anticiparon  fuentes oficiales.

Con un presupuesto de 1.200 millones de dólares financiado en conjunto por el Estado nacional y el Banco Mundial, en el gobierno de Macri se jactan de que se trata de la inversión en infraestructura más grande de ese organismo en la Argentina.

Como explicaron a LPO, estas obras se enmarcan en un plan ambicioso que incluye como objetivo central que el 100 por ciento de los argentinos tenga agua potable y cloacas. Lo llevan adelante AYSA y la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación que dirige Pablo Bereciartua, uno de los cuadros técnicos que Macri repatrió del exterior -genio de las matemáticas, realizaba un programa en Yale-, agradecido por su trabajo durante los primeros años de su gestión en la Ciudad.

La continuidad de esta obra fue conversada en su momento entre el ministro Rogelio Frigerio -superior de Bereciartua- y Macri, que le dio luz verde para que tenga prioridad total y siga en manos de AySA.

El plan implica hacer 40 kilómetros de túneles y tiene tres obras fundamentales. Primero, en Dock Sud, hay un pozo de 40 metros de profundidad en el que se excavará un conducto de 12 kilómetros bajo el Río de la Plata, pasando por debajo de los canales de navegación. A través de él, se busca adentrar en el río los efluentes cloacales tratados de la Ciudad y parte del GBA. Esa será una de las piezas clave del Sistema Riachuelo y se realizará con la tuneladora más grande que hasta ahora haya operado en el país.

Las obras permitirán darles cloacas a más de 5 millones de personas y evitar que los desechos lleguen al Riachuelo a través de pluviales y arroyos

En paralelo, se construye una planta de tratamiento de desechos -su ejecución forma parte de un segundo contrato y arrancó en junio de 2016- en la que desembocará el conducto. El objetivo es disminuir la contaminación del Riachuelo, para lograr -a largo plazo- su saneamiento definitivo. La descarga de aguas servidas sin tratamientos implica el 98 por ciento de la contaminación de los ríos Reconquista y Riachuelo. Así de importante es la obra.

En tercer lugar está la nueva cloaca de 11 kilómetros que es, en rigor, el Colector Margen Izquierdo (CMI), nombre con el que se empezó a dar a conocer la totalidad del proyecto. Las obras permitirán darles cloacas a más de 5 millones de personas -un avance importante en la ambiciosa meta de Macri de llegar al 100 por ciento de cloacas como tiene Chile- y evitar que los desechos lleguen al Riachuelo a través de pluviales y arroyos.

Los funcionarios repiten que se trata de la megaobra de saneamiento más grande del mundo que se realiza en este momento. Cobra importancia crucial por el problema de contaminación del Riachuelo, que ningún gobierno pudo resolver. En el país, apenas un 20 por cientod e las aguas servidas son tratadas, mientras que en Chile se porcentaje alcanza el 85 por ciento y en Uruguay el 60 por ciento.

El plan no arrancó durante la gestión de Cambiemos: empezó con el gobierno de Cristina Kirchner y Macri lo tomó como propio. Lo empezó a poner en marcha en 2016, ya que la ex presidenta demoró el inicio de la obra que debería concluir en el 2022. La posibilidad de que se continúe el plan pese al distinto signo partidario, da cuenta de que en la política sobre el agua existe un consenso entre las distintas fuerzas, a diferencia de otros casos como, por ejemplo, las represas de Santa Cruz que Macri terminó aceptando por imposición de China.

Los impulsores de la obra recuerdan que es el primer sistema cloacal que se construye desde 1946. Argentina, tras la epidemia de la fiebre amarilla durante la presidencia de Sarmiento, contrató a un ingeniero inglés que hizo todo el sistema de cloacas y saneamiento de Buenos Aires. La ciudad tenía en ese entonces el sistema de saneamiento más moderno del mundo, con una cobertura total.

Desde entonces hasta ahora, vino el atraso. La comparación es abismal con países como Chile que tiene el 100 por ciento de cloacas y agua potable, mientras que al inicio de la presidencia de Eduardo Frei estaba peor que la Argentina. Hoy, el país está en un 46 por ciento de población con cloacas y hay un 10 por ciento de la población que no tiene acceso al agua potable.

Calculan que en 15 años, la Argentina estará en un 75 por ciento de cloacas. Por eso, el objetivo del Gobierno trasciende el mandato de Macri y la idea es que siga, como política de Estado. Pero la inversión necesaria es descomunal.

Los contratistas

La obra fue dividida en tres contratos, cada uno adjudicado por licitación a una UTE (Unión Transitoria de Empresas) distinta. El primero fue adjudicado al consorcio CMI Ghella- IECSA. Ghella, de capitales italianos, que se asoció en 2007 a IECSA, hasta hace poco la constructora del primo de Macri, Ángelo Calcaterra y que ahora responde al titular de Edenor y Pampa Energía, Marcelo Mindlin. Tuvieron a cargo la obra del túnel Maldonado y actualmente trabajan en el soterramiento del tren Sarmiento.

 

El segundo tramo del Sistema Riachuelo, el único íntegramente financiado por el Poder Ejecutivo, fue para ESUCO-JCR-CPC-C&E. ESUCO, del empresario Carlos Wagner. JCR es la empresa del fallecido empresario Juan Carlos Relats. La constructora CPC pertenece al holding Indalo de Cristóbal López, mientras que C&E fue aceptada como proveedora estatal de la Provincia en 2009 y tiene su base en Tigre.

 

El tercer tramo, la construcción del emisario que transportará los efluentes desde la planta de tratamiento hacia 12 kilómetros adentro del río para allí depositarlos, fue adjudicada a Salini Impregilo-Healy-Chediack. Salini Impregilo es una constructora italiana, asociada con la estadounidense Healy. Chediak es argentina y pertenece a Juan Chediack, vicepresidente 1° de la Cámara Argentina de la Construcción.

 

 

Fuente: La Politica on Line

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